Publicación: Marzo 2012
ISBN: 9788484418771
Precio: 15,95€
Páginas: 403
Trilogía: Las crónicas de Kane
Quedan solo cinco días para que una gran serpiente engulla el sol y destruya el mundo. Después, todo se volverá oscuridad... Si alguien ha pensado que pertenecer a una familia de faraones es un chollo, que hablen conmigo o con mi hermana Sadie. Sin tiempo para reponernos de nuestra aventura en la Pirámide Roja, Amos y Bast acaban de encomendarnos otra de sus misiones exprés: despertar a Ra, el primer y más poderoso rey de los dioses. Dicho así, parece fácil, ¿verdad? Pero el problema es que nadie sabe dónde está, porque hace miles de años se retiró a los cielos y no se ha vuelto a saber de él. ¡Ah!, se me olvidaba, tenemos que darnos prisa porque Ra es el único que puede enfrentarse a Apofis -también conocida como serpiente del caos-, que está a punto de salir de la cárcel, y entonces... entonces será demasiado tarde.
Hay ocasiones donde sobran las palabras o, por lo menos, no eres capaz de encontrar las correctas y necesarias para expresar lo que tienes en mente... Sinceramente ahora mismo borraría todo lo que estoy escribiendo y lo sustituiría por un gran: ¡Leed esta trilogía, ya! Pero bueno, de momento voy a contenerme e intentar explicar un poco mis impresiones...
Como dije en la reseña de La Pirámide Roja, Rick Riordan me parece todo un soplo de aire fresco para el género juvenil de aventuras. Y es que ésta es la palabra clave: aventuras. Adentrarse en el mundo de los Kane es superar desafío tras desafío, sin tiempo para respirar, para procesar lo que acaba de pasar... Aquí el tiempo es oro, y quien no corre, vuela -nunca mejor dicho-. ¿Me persigue un babuino gigante por medio de Londes? Bah, no pasa nada, en media hora seguramente seré atacado por una horda de momias... ¿Qué es la vida sin un poco de acción?
En El trono de fuego retomamos la historia tres meses después del final del libro anterior. Durante este tiempo nuestros protagonistas, Sadie y Carter, han conocido a nuevos jóvenes que han sido reclutados como aprendices para ayudar en la inminente lucha contra el mal, las tinieblas. Apofis, la serpiente del caos, está apunto de liberarse de su prisión, alzarse, tragarse el sol y acabar con el mundo; todo eso en apenas cinco días. ¡Qué estrés! La única oportunidad que tienen los Kane reside en Ra, dios solar y, posiblemente, última esperanza para poder derrotar al enemigo. ¿El problema? Muchos y muy variados; desde magos pertenecientes a La casa de la vida empeñados en quitar de en medio a los Kane, hasta dioses que se oponen a la vuelta de una deidad desaparecido hace milenios... Pasando, por supuesto, por lo lo más inquietante: ¿dónde narices está Ra? ¿Será capaz de mantener la Maat un anciano que, dicho mal y pronto, chochea?
Todos sabemos que las trilogías suelen cojear por algún sitio, y ese lugar suele ser, casi siempre, el segundo libro; el intermedio, el de transición. Me alegra decir que éste no es el caso. Rick Riordan mantiene el nivel de la primera novela en todo momento, incluso lo llega a superar en algunas ocasiones. Es una verdadera gozada abrir un libro con unas expectativas altísimas y que en ningún momento te llegue a decepcionar. Los personajes siguen evolucionando poco a poco, tanto de personalidad como lo referente a los poderes. La trama está perfectamente hilvanada, enlazando los acontecimientos del primero y preparándonos para lo que será un final de infarto... Pero como digo, y quiero recalcar, sin llegar a ser un libro de transición meramente, sino una historia perfectamente desarrollada, con mucha acción y calidad.
Tengo que destacar algo que me ha parecido todo un acierto, y es la parte de romance. ¿Ya os olvidabais de él? Lo hay, lo hay..., pero de una manera, llamémosla, sutil. No sé si es la palabra más acertada, así que lo explicaré en un poco. Sadie y Carter tienen trece y catorce años respectivamente, lo que supone una edad no muy adecuada para un romance apasionado, hay que reconocerlo... Así que podemos encontrar pinceladas de sentimientos, atracción, pero sin darle ningún tipo de dramatismo a la historia; es más, los pensamientos y comentarios de Sadie con respecto a ciertos personajes no pueden ser más divertidos. Sin duda hay una profundidad, pero sólo se deja entrever, aquí lo importante es la trama de acción en sí, y el amor podemos considerarlo un añadido grato.
Habrá nuevos personajes, ya sean aprendices, dioses, monstruos, etc. Mención especial para Bes, dios de los enanos, y lo más genialoso que me he encontrado en mucho tiempo; sus escenas son simplemente hilarantes. Riordan se ha sacado de la manga un personaje absolutamente maravilloso, de esos que recuerdas tiempo después de haber terminado el libro y, sin quererlo, se te forma una sonrisa en la cara. Estupendo. Espero saber más de él en La sombra de la serpiente.
Divertido, disparatado, emocionante, único, ingenioso, maravilloso... Podría seguir así mucho tiempo, pero creo que estas palabras son suficientes para describir, brevemente, El trono de fuego.
Y ahora sí... no puedo contenerme por más tiempo: ¡Leed esta trilogía, ya!