Revista Educación

El túnel

Por Siempreenmedio @Siempreblog
El túnel

De niño, hasta los diez u once años de edad, pasaba todos los veranos un mes en La Palma, visitando a mi familia materna. Recuerdo un día de excursión (¿Íbamos a Garafía? Ojalá mi memoria diera para relatos más llenos de emociones y detalles) en el que mi madre nos avisó a mi hermana y a mí de que atravesaríamos un túnel que daba mucho miedo. Un túnel oscuro y que parecía que no acababa nunca. Conociendo como nos conozco, el suspense debió durar poco. Como el túnel. Ni a mi madre le gusta asustar ni mi hermana y yo somos del miedo. El truco del relato estaba en el "parecía que" y el del túnel en un recodo. Parecía que no acababa nunca porque el túnel hacía una L y era imposible ver la luz del final desde el principio. Cincuenta metros (como mucho) de nudo en la garganta y otros tantos de alivio nervioso.

Hace un montón de tiempo que no vuelvo a La Palma y sin embargo llevo metido en ese puto túnel (el recuerdo ya no aguanta el cariño de la infancia) desde no sé cuánto. No logro ver la luz allá al fondo. No se intuye el final. No sé si hay final. Cada pero es un nuevo recodo.

Hemos de quedarnos en casa, pero. Hemos de usar mascarilla en recintos cerrados, pero. Hemos de aunar estrategias, pero. Hemos de frenar la curva, pero. Hemos de favorecer el teletrabajo, pero. Hemos de potenciar la atención primaria, pero. Hemos de fortalecer la salud pública, pero. Hemos de tener claras las prioridades, pero. Hemos de valorar la gravedad del asunto, pero. Hemos de ser solidarios, pero. Hemos de conocer qué es un virus y cómo funciona, pero.

Pero es que es mi cumpleaños. Pero es que hay confianza. Pero es que las autonomías. Pero es que la economía. Pero es que mis trabajadores se escaquean. Pero es que los megahospitales. Pero es que la sanidad privada. Pero es que mis votantes. Pero es que solo se mueren los viejos. Pero es que la responsabilidad individual. Pero es que la nave del misterio.

De niño no lloré en aquel túnel. Solo fueron cincuenta metros (como mucho) de ansiedad. Ahora tampoco lloro, pero.

El túnel

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