En realidad, no sé si es el mejor porqué tampoco los conozco todos, pero lo que puedo asegurar es que las vistas de 360º sobre la ciudad no defraudan a nadie. Barcelona se asienta sobre una llanura limitada al este por el mar, la cordillera del litoral o Serra de Collserola al oeste, el río Besós al norte y el río Llobregat al sur.


Debido a su orografía dispone de varios miradores naturales desde donde se puede contemplar la ciudad: Tibidabo, Montjuic o Parc Güell son algunos de los más frecuentados. El Turó de la Rovirano es el más elevado, se levanta 262 metros sobre el nivel del mar frente a los 512 metros del Tibidabo y hasta el momento era uno de los menos conocidos. Y digo hasta el momento, porqué es un lugar que se está poniendo de moda, y donde acude de cada vez más gente, principalmente grupos de jóvenes, tanto barceloneses como turistas.Descubrí el lugar por unas fotos de mi hija. Uno de sus grupos favoritos, Txarango, utilizó ese magnífico escenario para promocionar su primer disco “Benvinguts al llarg viatge”, un nombre muy acertado para un grupo que se define de espíritu nómada y con la filosofía de los antiguos circos ambulantes.Estas dos fotos realizadas por David Moragas son las que despertaron mi curiosidad y las ganas de conocer el mirador del Turó de la Rovira.


Aprovechando que el pasado fin de semana estuvimos en Barcelona, nos acercamos hasta allí.El Turó de la Rovira, conocido popularmente como “Els búnquers del Carmel” se eleva entre los barrios del Guinardó y el Carmel, con unas calles de empinadísimas pendientes que van adaptándose a la orografía del terreno. Además de tener el atractivo indiscutible como mirador, se trata de un espacio de gran valor histórico donde se conservan los restos de una batería antiaérea construida por las autoridades militares republicanas durante la Guerra Civil española para proteger a Barcelona frente a los ataques reiterados de la aviación de los aliados fascistas. En 1937, la Comandancia General de Ingenieros acabó el proyecto que constaba de cuatro cañones Vickers de 105mm los cuales entraron en funcionamiento el 3 de marzo de 1938. Al final de la Guerra, el ejército republicano decidió destruir dos de los cuatro cañones e inutilizar los otros dos, quedando la zona medio abandonada.

![]()
|














Como llegar:
En transporte público: Línea 5 del metro hasta la estación de El Coll-La Teixonera o la del Carmel. Tomar la línea 119 de autobús que deja al principio de la calle Labèrnia. Al final de la calle, un estrecho camino asfaltado conduce hasta los búnkeres.
Nosotros íbamos en coche y lo aparcamos al final de la calle Labèrnia, prácticamente a los pies de los búnkeres.