El último adiós es el título de la última novela publicada por Kate Morton, una autora que en más de una ocasión ya os he comentado que está entre mis favoritas ya que todas sus novelas me han gustado muchísimo, por lo que para mí sus libros son una apuesta segura y desde que supe que publicaba una nueva obra estaba deseando su salida a la venta. Es por eso que no he tardado demasiado en tenerla en mis manos, gracias a la editorial unos días antes de su salida a la venta, comenzando su lectura inmediatamente, y ya os adelanto que me ha vuelto a cautivar.
El argumento de "El último adiós" se desarrolla a través de dos hilos temporales vinculados entre sí. Así por una parte nos situamos en el año 2003 en Cornualles, donde una investigadora de Scotland Yard, Sadie Sparrow, se encuentra pasando una temporada tras haberse complicado uno de los casos en los que trabaja, obligándola a tomarse un permiso forzoso y refugiarse en casa de su abuelo. Casualmente uno de los días en los que sale a correr a través del bosque, descubrirá una vieja casa abandonada que inmediatamente despertará su interés al suponer que algo terrible sucedió en ella, algo que confirmará su abuelo al hablarle de un niño desaparecido por los años treinta durante una gran fiesta celebrada en la casa. Incapaz de olvidar este caso sin resolver a pesar del tiempo transcurrido, Sadie comenzará a investigar por su cuenta lo sucedido, investigación que la llevará hasta una de las hijas de la familia propietaria de la mansión, Alice Edevane, famosa autora de novelas policíacas. Y por otra parte nos trasladaremos hasta el pasado para descubrir lo sucedido durante esa época en torno a la familia Edevane, especialmente la noche en la que se celebró la fiesta del solsticio de verano y tuvo lugar la misteriosa desaparición del hijo menor de la familia.
Como os decía anteriormente, he disfrutado mucho con la lectura de El último adiós, una historia que me ha atrapado desde sus primeras páginas despertando mi interés por descubrir la respuesta a los múltiples interrogantes planteados, interés que se ha mantenido durante todos los capítulos hasta llegar al final. Esta es una de las razones por las que me gustan tanto los libros de Kate Morton, pues si bien siempre utiliza una misma fórmula, a mí no me resulta repetitiva y creo que es una autora que maneja con mucha destreza este tipo de desarrollo, logrando captar la atención del lector y mantenerlo pegado a las páginas deseando descubrir la resolución del misterio que se esconde en la trama de sus libros. Es por eso que lo que para algunos puede ser un punto negativo ante la falta de originalidad para mí es un aliciente a la hora de acercarme a sus obras pues sé que no me va a defraudar, al estar este tipo de novelas entre mis favoritas.El último adiós se presenta dividido en treinta y cinco capítulos a lo largo de los cuales se van alternando ambas líneas argumentales, indicándosenos al comienzo de cada uno la ubicación espacial y temporal en la que se va a desarrollar el mismo. Mientras que la trama que tiene lugar en el año 2003 transcurre en general de forma lineal, la que nos traslada al pasado lo hace a diferentes momentos de los primeros años de la década de los treinta y además se incluyen algunos capítulos que se sitúan veinte años antes de este periodo, cuando tienen lugar ciertos hechos que nos ayudarán a comprender lo que ocurrirá más tarde. Kate Morton emplea un narrador omnisciente para relatar los hechos, el cual le permite moverse con soltura y ofrecer información desde todas las perspectivas, utilizando para ello una prosa sencilla y de fácil lectura pero que se aprecia cuidada al detalle, como viendo siendo habitual en sus obras. El ritmo se mantiene constante desde el principio, logrando que no se pierda la atención del lector gracias al planteamiento de diferentes interrogantes que mantendrán nuestro interés, ya que la información se nos va facilitando de forma progresiva, introduciendo giros y descubrimientos que harán que necesitemos seguir avanzando para ir colocando las diferentes piezas y completar la historia.Una vez más las mujeres son las figuras centrales en la obra girando el desarrollo de la trama en torno a ellas. Resulta complicado establecer una única protagonista y así tanto Sadie, como Alice y su madre Eleanor son tres personajes claves y de gran relevancia. Kate Morton vuelve a presentar unos personajes ricos en matices, bien construidos y dotados de una personalidad propia e independiente, con rasgos muy concretos que definen la forma de ser de cada una y que las hacen igualmente llamativas. Es quizás Alice el personaje más complejo, pues la conocemos tanto en el pasado, cuando es una adolescente que anhela triunfar escribiendo novelas, como en el presente, convertida ya en una anciana que ha alcanzado el éxito y aprendido a convivir con los secretos que arrastra desde aquella época, los cuales en parte han dado forma a la mujer en la que se ha convertido. Secretos también esconde Eleanor, una figura que a mí personalmente me ha gustado mucho tanto por su carácter como por el papel que juega en la historia y las decisiones a las que tiene que hacer frente, mientras que Sadie, al igual que ya pasaba en El cumpleaños secreto con Laurel, es el personaje que utiliza la autora para conectar pasado y presente al interesarse por los hechos ocurridos y llevar a cabo la investigación, destacando en su caso también por el caso en el que está implicada en su trabajo, que es una trama que transcurre de forma paralela y que aumenta el atractivo de la obra en cierta forma, aunque no guarde una relación directa.Junto a estas tres mujeres aparecen una serie de personajes que, si bien quedan en un segundo plano, desempeñan también un importante papel en el transcurso de los hechos y cuya construcción la autora no ha descuidado, estando perfectamente trazados a pesar de ser secundarios. Entre ellos destacan tres figuras masculinas que marcarán en parte el rumbo de la historia, el abuelo de Alice, Bertie, Anthony, marido de Eleanor y cuyo mayor interés reside en la enfermedad que sufre, y Ben, un empleado de la familia en torno al que se mantendrá un cierto halo de suspense.
Comentaba que Kate Morton suele emplear en sus novelas los mismos elementos y así en "El último adiós" observamos que, además de la trama con varios hilos temporales, los secretos del pasado que se intentan desvelar en el presente y las mujeres como eje central de la obra, como ocurría en otros libros, la literatura ocupa una posición destacada y así nos encontramos con personajes vinculados con la escritura, como es el caso de Alice, famosa escritora de novela negra y que es una figura que sirve para que la autora aborde este género, exponiendo por ejemplo las pautas que debe seguir una obra de este tipo. Por otra parte también está presente la guerra, aunque sea de forma indirecta pues no corresponde al periodo en el que se ambienta la historia sino que vemos las consecuencias que esta ha tenido en la vida de los protagonistas y finalmente estamos ante una saga familiar al encontrarnos con varias generaciones de una misma familia en el argumento. En cuanto a la ambientación, que es otro punto por el que suelen destacar las novelas de la autora, El último adiós no es una excepción y así nos encontramos con cuidadas y detalladas descripciones que nos permiten tener una visión muy clara del entorno en el que transcurren las diferentes escenas. En esta ocasión es Cornualles el emplazamiento seleccionado para situar la historia, plasmando Kate Morton el encanto que posee esta zona para que el lector sienta la necesidad de descubrir por sí mismo este “mágico” lugar. Entre los diversos escenarios que aparecen sobresale la residencia de la familia Edevane, Loeanneth, una casa rodeada de jardines y próxima a un lago, construida en una finca ubicada en un claro del bosque. Las descripciones que incluye Kate Morton de la misma son tan precisas y detalladas que no tenemos problema para visualizar en nuestra mente el aspecto que tendría, logrando que nos sintamos trasladados a la misma y entremos a formar parte de ese entorno tan bello y apacible.
Como indiqué al principio, El último adiós ha sido un libro que ha conseguido engancharme desde el principio, manteniendo mi curiosidad a lo largo de todas las páginas gracias al misterio planteado en torno a la desaparición del niño. A medida que avanzaba iba planteándome posibles soluciones intentando desvelar cuál iba a ser el desenlace de la historia, las cuales quedaban descartadas una y otra vez en función de los descubrimientos y giros argumentales que, con acierto, la autora introduce para que no puedas abandonar la lectura. Y una vez alcanzado el final y encajadas todas las piezas del puzzle, no es que la resolución no me haya gustado, pero sí hay algo en el tiempo presente que me ha parecido demasiado forzado y es que las casualidades existen, pero en este caso me resulta un tanto increíble. Quitando este pequeño matiz, creo que es evidente que El último adiós de Kate Morton me ha gustado mucho y recomiendo su lectura sin ninguna duda a quienes disfruten con este tipo de libros. Kate Morton vuelve a ofrecernos una saga familiar estructurada en diversos hilos temporales, combinando en este caso misterios y secretos familiares con romance, y dando como resultado una historia con un argumento completamente diferente a sus anteriores novelas, que engancha desde las primeras páginas y cuya lectura se disfruta hasta el final, pues la autora hace gala de su habilidad para abordar la fórmula gracias a la que ha alcanzado el éxito.
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