Revista Cultura y Ocio

El ultimo bar de la tierra, de Tomás F. Fernández Galeano

Publicado el 27 marzo 2014 por Xula

El ultimo bar de la tierra, de Tomás F. Fernández Galeano
El ultimo bar de la tierraTomás F. Fernández GaleanoISBN: 978-84-9050-771-1Formato: Rustica con solapas– 108 Pág.Editorial: Circulo rojo
El mundo ha cambiado. La sociedad, la política, el sistema económico, la educación... Y sólo el dueño del Cordury, “El último bar de la tierra”, nacido cuando no debía, nos puede contar como sucedió todo.
Me sorprendió mucho abrir una búsqueda en Google y ver que no había una sola reseña de este libro. Es cierto que las novelas de Circulo rojo a veces pasan desapercibidas excepto entre algunas personas, pero la ausencia siquiera de menciones en blog me pareció rara. ¿Acaso soy la única que considera el titulo de lo más sugerente? ¿Quién no querría saber qué es lo que ha sucedido para que sea El último bar de la tierra?
Entonces caí en la cuenta que en cierta manera, ser el último restante, sugiere un apocalipsis. En un país donde la cultura de bar es casi una seña de identidad, que solo quede uno es el equivalente a que se haya acabado el mundo. Eso hace pensar en zombies, bombas, guerras y distopías varias. Y nada estaría más alejado de la realidad, porque esta es una novela diferente.
Su autor la llamo “de género inclasificable” y a pesar de que suelo ser capaz de ponerle nombre a todo, esta vez tengo que estar de acuerdo y decir que no sabría como definirla. Porque el Cordury no es realmente el ultimo bar que quede, sino el ultimo tal como lo entendemos. Porque nos sitúa en un futuro, que no necesariamente tiene porque ser muy lejano, en el que la sociedad ha cambiado hasta tal punto que todo lo que representa el pasado ha ido desapareciendo.
Tras la Gran Crisis (que yo entiendo como la actual) todo estaba tan en decadencia que fue necesario un cambio social radical que hiciera desaparecer el sistema que todos conocían. Tras aproximadamente 60 años ya no existen las desigualdades sociales, la corrupción esta erradicada y no se comprende el concepto de criminalidad. Y qué bonito suena todo…
Será el dueño del Cordury quien guie al lector a través de todos esos cambios, comentados a raíz de anécdotas diarias en su negocio. Así, hablando de esa mujer que siempre va sola, nos explica los rangos salariales. Cuando se le estropea la caldera en su casa, nos cuenta el sistema de vivienda. Esos amigos que le vienen a ver le traen a la mente cómo funciona el control poblacional. 
Y es que parece que tiene muy claro todo lo necesario para hacernos una sociedad mejor y más civilizada, sin contrastes sociales ni precariedades. Donde el mundo digital es una gran herramienta y todo está controlado por el estado, que son los propios ciudadanos. A mí no me gusta discutir de política, aunque tras leerlo atentamente me parece una mezcla entre democracia y comunismo. 
El problema es que yo no creo en el comunismo, y no creo que sea viable más allá de pequeños pueblos ganaderos (sino fijaos en Rusia o China). Así que aunque en las primeras páginas todo suena a música celestial, hay trabajo para todos, una gran calidad de vida y una vivienda digna asegurada; mas adelante comienzan a aparecer los inconvenientes. Esas cosas menos buenas que se deben tolerar a favor de una sociedad mejor.
Y poco a poco, cuando nos damos cuenta, estamos en un mundo muy civilizado pero deshumanizado. Donde hay mucha gente que se siente sola, el estado no te deja invitar en tu propio bar y todo está regulado por normas muy rígidas que le quitan la ilusión a la vida. Pero de eso ya nos iremos dando cuenta poco a poco. 
En realidad esta novela es un compendio de ideas de un futuro posible, puestas en boca de un protagonista que es el último vestigio de un pasado gris. Con capítulos muy cortos y casi independientes entre ellos, y una extensión que apenas pasa de las 100 páginas, la leí en dos sentadas de apenas una hora cada una. Y es que no solo es amena y ágil, sino que también está bien escrita. 
En este debut, el autor ha demostrado tener una gran imaginación además de haber reflexionado muchas horas sobre el tema. Quizá se eche en falta un poco de desarrollo novelado, en lugar de las pinceladas que componen la imagen. Pero de este modo, nos permite ir haciéndonos una idea paulatina de en que se ha convertido España (y Europa, y el mundo) y cuál es la visión de alguien que la vive desde dentro.
El Cordury es el último bar de la tierra porque ya no se dan licencias como las de antes, y ya no es posible heredarlas. Así que el día que tenga que cerrar, ya no quedaran pruebas de lo que ha sido. Yo os recomendaría que conocierais el local y a su dueño, porque tiene mucho que aportarnos: ideas para un mundo mejor, pero también una visión nostálgica de aspectos que nos caracteriza ahora mismo como sociedad. Sin duda, una novela diferente, que se lee sola y da pie a algunas reflexiones del ayer, el ahora y el mañana.

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