El jueves 27 de agosto de 1942 salía, de la planta de Barracas, de la empresa automotriz General Motors Argentina, el último Chevrolet furgón ante el estallido de la Segunda Guerra Mundial. El armado de vehículos no se reanudó hasta el final del conflicto bélico mundial.
Ante las restricciones a las importaciones la empresa se vio obligada a dejar de armar vehículos en el país. Pero para no despedir al personal, mientras se dejó de producir, se dedicaron a otras actividades. Se fabricaron columpios, pupitres, gabinetes de acero para fábricas y oficinas, heladeras portátiles, artefactos para luz fluorescente, sillones para jardín, baldes para incendio, puertas y ventanas para barrios que construyó el Banco Hipotecario Nacional y hasta mesas de billar.
Por otra parte se dio mantenimiento a ómnibus públicos y camiones del ejército. Todas estas actividades se realizaron hasta que finalizó la Segunda Guerra Mundial. Ahí se retomó la normal actividad de la empresa General Motors Argentina. La vieja fotografía apareció publicada en un suplemento del diario del 3 de julio de 1975. Fue en conmemoración del cincuentenario de la mencionada empresa en el país.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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