Al señor Hussein Obama le dieron un premio Nobel preventivo, para ver si era buen chico y no cogía el fusil - o el bombardero- a la primera de cambio, como su antecesor Bush o su colega Clinton por un quítame allá esas pajas (o lo que no son pajas). Lo malo de tratar con emperadores es que se deben a su Imperio, y por estos lares, que también fuimos imperiales y no lo recordamos, parece que no lo entendemos o no queremos comprenderlo.
El presi Hussein Obama sigue en Irak, en Afganistán, en Guantánamo y sus presos, y se ha metido en el Índico con los piratas como Pompeyo y en Libia como el Duce. Toma ya, la paz a bombazos.
Si esperan que hable de la liquidación de Bin Laden, también lo voy a hacer. Nada que no haga su colega el zar Putin, otro emperador, sólo que a este nadie se lo recrimina. Cosas de la Historia, con mayúsculas.
En fin, ganas tengo de ver el careto de los muy académicos miembros de la Academia que otorga el “prestigioso” Premio Nobel de la Paz después de este último acierto (ver http://elartedelaestrategia.blogspot.com/2007/10/felicidades-mr-gore-al-gore.html). Para echar unas risas, aunque maldita la gracias que tienen.
Otro día hablaremos de santos y beatos.
Todo esto con buen rollito sostenible, ecológico y tal. Paz y amor.