El último, que apague la luz

Algún día se estudiará en las facultades de Ciencias Políticas el caso de Somos Región, el partido de corte regionalista murciano que nació hace escasamente un año para reivindicar ante Madrid los agravios de una tierra alejada ancestralmente de las grandes decisiones. Desde su alumbramiento, siempre sobrevoló la sospecha de que aquello no respondía más que al acto vengativo de un expresidente descabalgado del poder y un fiel escudero que lo acompañaba. Este último, José Gabriel Ruiz, exconsejero de Presidencia, acaba de descolgarse del proyecto por lo que dicen son diferencias con el líder, el expresidente de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, en torno a quién debiera encabezar la lista electoral al Congreso de los Diputados el próximo 28 de abril. Al parecer, Garre entendía que debía ser Ruiz y Ruiz, que debía ser Garre. Y como no hubo acuerdo, alegan, Ruiz se larga de la dirección, aunque en una carta asegura que seguirá como militante de base. Este último abandono se une al del escritor Jerónimo Tristante, la abogada Rosa Manrubia o el profesor José Belmonte, por citar solo tres casos bastante llamativos, acaecidos desde la puesta en marcha del proyecto.

La estrella de Somos Región comenzó a apagarse con la irrupción de Vox en la escena política. Las expectativas que había suscitado la figura de Alberto Garre, aquel veterano militante del PP al que en 2014 Valcárcel confió el sillón del palacio de San Esteban hasta que se solventara la situación judicial de su candidato a sustituirle, Pedro Antonio Sánchez, se han ido eclipsando conforme pasaban los meses. Tras las deserciones, el bombazo de Vox en Andalucía, lo que hacía deducir que en la Región de Murcia podría darse una situación parecida, comiéndole el terreno electoral. Lo cierto es que las encuestas auguran que Vox contará con grupo parlamentario propio en la Asamblea Regional, circunstancia que echaría por tierra cualquier aspiración de Somos Región, partido que tocó el cielo aquella mañana de abril de 2018, en el Paraninfo de la Universidad de Murcia, durante su puesta de largo, concitando a un nutrido grupo de simpatizantes, algunos de los cuales siguieron el acto desde el exterior por falta de espacio. Desde ese día, el partido ha ido de mal en peor, algo que han corroborado las encuestas, cundiendo el lógico desánimo en sus filas.

A unos 40 días del inicio de la campaña electoral de las generales y a unos tres meses de la celebración de las autonómicas, Somos Región apenas conserva a su fundador y a un grupo cada vez más reducido de fieles en su ejecutiva. No es descartable que haya más deserciones de aquí a entonces e incluso que el partido terminara por no concurrir a los próximos comicios. Y hay quien va más allá y dice aquello, mirando de reojo al entresuelo de la calle José Antonio Ponzoa, de que quien salga el último, que apague la luz.