Fotografía Luis Beltrán www.luisbeltran.es
Sonó el silbato del tren
Y fue un alivio
El silencio estaba matando abruptamente
La nada que quedaba suspendida
En lo que era un pasado sin olvido
Desee subirme al tren
Y escaparme a otro destino incierto
Con la ilusión de que varios chaparrones
Terminaran de liquidar tintas amargas
Y labios desiertos.
Otra vez el acordeón desangrándose
Tratando de rescatar a un tango
Famélico y hambriento de lágrimas.
El tren pasó y se convirtió
En promesa incumplida
Al igual que nosotros.
Llueve mucho.
Llueve en la cocina.
Llueve bajo la cama
Y sobre el escritorio de la sala
Quedaron humedecidas
Las promesas de ayer.
El tren quedó en el olvido
Y nuestra historia en el último vagón
Sólo con pasaje de ida.
Yo.

