Neal Peart, 1998, en algún lugar de América
El 7 de enero pasado (aunque recién nos enteramos ayer) murió en Santa Mónica, California, Neal Peart, baterista de Rush, al que muchos consideramos el mejor de la historia del rock. Sus amigos y compañeros, Alex Lifeson y Geddy Lee, dijeron en un breve comunicado que había llegado a su fin una valerosa lucha de tres años y medio contra el gioblastoma, una agresiva forma de cáncer al cerebro. Con tristeza y luto brindamos al genio, que fue mucho más que un baterista, un homenaje en el blog cabezón con un relato de su sorprendente trayectoria y una selección de videos en vivo, para verlo actuar en todas sus etapas.Neal Peart deja un legado impresionante de aprendizajes: es la más completa escuela de percusiones que podrás encontrar; es uno de los letristas más prolíficos e inteligentes del rock, al que aportó sagas de literatura fantástica y de ciencia ficción, una auténtica biblioteca de referencias literarias y una reflexión filosófica profunda; es un escritor y cronista efectivo y sincero, y es un hombre que logró sacar energía del absurdo de la vida aun cuando se ensañó con él.
Peart se incorporó a Rush —por la vía de la audición, para sustituir al baterista John Rutsey, que renunciaba— cuando la banda ya tenía una breve trayectoria y un álbum en las calles. Gracias a una locutora de radio que decidió programar “Working Man”, de Lee (bajista virtuoso y cantante con un raro timbre como de castrato con bronquitis) y Rutsey (baterista y compositor), se empezaban a colocar en el gusto por el hard rock del público joven de clase trabajadora de la región binacional de los Grandes Lagos, pero no eran aún un éxito.
"Working Man" con Neal Peart en 2011, en Cleveland, la ciudad que los lanzó a la fama
La banda formada por Alex Lifeson en 1968, orientada al blues y al hard rock para tocar en el circuito local de eventos y lugares de reunión de los jóvenes de Toronto, perdió a pocas semanas de su arranque a su primer bajista y su primer cantante. Ambos fueron remplazados por Geddy Lee, un virtuoso en las dos tareas, con un raro timbre agudo, como de castrato con bronquitis. En 1971, con el baterista fundador, John Rutsey, adoptaron el nombre de Rush y grabaron su primer sencillo. El álbum debut, Rush, vendría hasta 1974 y, justo después de su lanzamiento, Rutsey dejaría la banda por cuestiones relacionadas con su salud y con la incomodidad que le provocaban las giras.
Las audiciones para sustituir al baterista desembocaron en un auténtico milagro llamado Neal Peart, que se sumó a la banda dos semanas antes de iniciar la primera gira estadounidense, en la que telonearían a Uriah Heep y a Manfred Mann. Además de ser un baterista excepcional, resultó que Peart escribía y esto permitió a Lee concentrarse más en la música con Lifeson. A partir de ahora Peart (que, por supuesto, también participa en las tareas de composición y arreglo) haría la gran mayoría de las letras de la banda y, con ellas aportaría los elementos literarios, de ficción, épica y filosofía que caracterizarían a Rush a partir de su segundo álbum, Fly by Night (1975), en el que aparece ya la primera chispa de acercamiento a un rock más complejo y conceptual. Pronto esta exploración llevaría a identificar a la banda en un lugar fronterizo entre el hard rock y el progresivo. Desde el primer track la banda avisa lo que será su viaje: la fuerza de la batería de Peart en “Anthem” —una declaración de principios, afirmación de un individualismo libre inspirado por Ayn Rand que Peart enfatizará en “In the End” y en la propia “Fly by Night”— es un anuncio de lo que vendrá.
"Anthem", 1975
El mismo año saldría Caress of Steel, con una aproximación conceptual a la música que el trío ya estaba empezando a madurar. Tiene canciones extraordinarias como “Lakeside Park”, que describe nostálgicamente la vida cotidiana de un tiempo feliz; “Bastille Day”, de tema obviamente histórico, y el divertido hard rock del calvo, “I’m Going Bald”. Pero también dos impresionantes suites progresivas, “The Necromancer” y “The Fountain of Lamneth”, compuestas por secciones claramente identificadas y desarrolladas con complejidad, que muestran a un Neal Peart confiado en sus intereses por los géneros fantásticos y en su capacidad para narrar historias. Sin embargo, este movimiento hacia lo conceptual y progresivo siguió sin encontrar eco comercial suficiente; el álbum fue criticado como una empresa demasiado apresurada, sin madurar, y los productores comenzaron a presionar a la banda en busca del sencillo radiofónico.
"Lakeside Park", 1976
Los Rush no se dejaron. Ahora Peart desarrollaría otro de sus intereses literarios: la ciencia ficción, en un álbum épico, 2112 (1976), uno de cuyos lados estaba dedicado por entero a una historia futurista, “2112”, en la que la sociedad es controlada por un poder totalitario que ha prohibido el arte y el personaje central se encuentra un día una guitarra en una cueva, para iniciar con ella una gesta por el reconocimiento de la creatividad humana (que no tendrá final feliz). El lado B del álbum llevaba temas más breves pero no menos espectaculares, especialmente el inicial, “A Passage to Bangcock” —soundtrack de nuestros primeros escarceos con la mariguana—, y el poderoso final, “Something for Nothing”; nuevo himno a la libertad individual, nuevamente con Rand detrás. Otras dos composiciones, “Lessons” y “Tears” tienen letras de Lifeson y Lee, respectivamente, y dejan claro quién es el que tiene que escribir: no se trata de temas muy relevantes. 2112, como para cerrale la boca a la administración, tuvo enorme éxito comercial y a partir de aquí la banda continuaría un desarrollo sostenido.
"A Passage to Bangcock" en Rotterdam, todo el mundo hasta el huevo
En 1977 se van a Inglaterra para grabar A Farewell to Kings (1977) y Hemispheres (1978). Absorben a Van Der Graaf Generator, a King Crimson, a Yes, y producen esos dos discos con proyectos conceptuales complejos —minisuites progresivas— en los que encontramos más del trabajo literario de Peart. “Cygnus X-1, Book I: The Voyage” es una nueva saga de ciencia ficción que narra la aventura de un viajero espacial —un Quijote del futuro: su nave se llama Rocinante— en los alrededores de un hoyo negro. “Xanadu” se inspira en un poema de Coleridge, inspirado, a su vez, por un sueño de opio. Peart relata que era el tema más completo y complejo que habían intentado —no obstante, lo graban en dos tomas—, y en él ponen a prueba sus ampliaciones como ejecutantes: Lifeson deja la guitarra eléctrica por momentos o la acompaña de nuevos efectos y explora las acústicas, clásica y de 12 cuerdas; Lee se arma con novedosos sintetizadores (bajos de pedal, un minimoog, pronto un mellotron) y Peart empieza a añadir elementosa su batería (muchos de ellos armónicos o tonales) provenientes de la orquesta académica, de la música oriental y de otras procedencias. Terminará piloteando cápsulas de percusiones con objetos a 360 grados y los tocará todos en momentos precisos y necesarios.
"Xanadu",Exit Stage Left, 1981
“Hemispheres” (1978) es el Libro II de “Cygnus X-1”; concluye la saga progresiva de ciencia ficción, esta vez en toda la extensión del lado A. Pero el disco se mueve a la vez cuidadosamente hacia la canción más sólida como respondiendo a la presión que ejercía la revuelta punk y postpunk. “The Trees” es un relato en que dos especies de árboles (“que se comportan como humanos”, dice Peart) pelean por la luz del sol, hasta que el hacha y la sierra del hombre terminan con el bosque y con la discusión.La colaboración como trío encuentra una cúspide en la instrumental “La Villa Strangiatto”, un tema tan impresionante que lo tienen que tocar casi en cada concierto (como el posterior clásico indiscutible “Tom Sawyer”). No tiene literatura, esa parte tan importante de Peart, pero vaya que tiene batería: la otra identidad de este portento. Ya habíamos estallado con su virtuosismo, con su perfección en 2112; ahora nos lleva a otro extremo: con Lee tocando sintetizadores y Lifeson experimentando efectos y sonoridades, Peart coloca cada exacto beat de sus múltiples instrumentos en la posición de la locomotora de un tren. Experimentan con compases compuestos que no se sienten, juegan con la modulación hasta el pianissimo; el bombo (la pierna derecha del mago) lidera, marca los tiempos de los cambios; se llega a sentir que la respuesta de los otros dos músicos responde a la batería, que esta está dirigiendo al ensamble. Si no fueran tan característicos y virtuosos por sí mismos Lifeson y, sobre todo, Lee, podríamos decir que Rush es Neal Peart.
"La Villa Strangiatto", Time Machine Tour, Cleveland, 2011
Los 80 los encuentran en plena transformación. La veta progresiva comienza a agotarse, pero Rush es una de las bandas de esa transición que mejor supo incorporar al nuevo contexto de modas y mercados el aprendizaje de la era de exploración que fue el periodo de 67 a 77. Lo hizo a la vanguardia del uso de la electrónica y del marcaje en los estilos de composición; compitió al tú por tú con los nuevos como The Police y U2 y con los viejos en transformación como Bowie, Gabriel, King Crimson o las bandas de hard rock transformado en metal. Quizá el momento de Permanent Waves y Moving Pictures (1980-1981) sea la cumbre de su trayectoria. Más literatura (Twain), filosofía en defensa de la libertad de pensamiento (“Freewill”; nuevamente Rand), hits radiofónicos redonditos, sin ser nunca new wave ni techno pero casi, sin dejar de ser progresivos pero ya no, conservando su fuente hard rock; una auténtica fusión de estilos.
Los chicos de South Park son fans de Rush, lo único canadiense que respetan. "Tom Sawyer" en vivo en Holanda
La tendencia electrónica continuará durante los 80 con varios álbumes (de Grace Under Pressure a Show of Hands) y Rush transitará a un regreso al trío básico en los 90 (Presto y Roll the Bones), todo el tiempo con Peart como locomotora creativa en la lírica y en lo instrumental. Se dará tiempo también para viajar en motocicleta, otra de sus identidades es la del rider: en 1996 publica The Masked Rider: Cycling in West Africa, donde narra sus aventuras de viaje por el África ecuatorial. Vendrán varios libros más.
"Distant Early Warning", Grace Under Pressure Live, 1984
Pero la ruta se interrumpe un día: Selena, hija de Peart, muere en un accidente automovilístico y, poco después la sigue su esposa, Jacqueline, de cáncer. “Considérenme retirado”, les dice a los otros dos miembros de la banda. Vacío, monta su motocicleta un húmedo agosto de 1998 y se va sin rumbo. La crónica del viaje que emprendía aparecería publicada en 2002 como Ghost Rider. Travels on the Healing Road, y narra la trasformación, la reconstrucción de ese hombre hueco que viaja solo en motocicleta recorriendo un trayecto de 88,000 kilómetros que cruza América del Norte. De Quebec a Alaska, todo el Pacífico hasta Guatemala y de ahí al Caribe, a Belice. Fue en el camino que sus experiencias con la gente —dice en su relato— entreveradas con los largos momentos de soledad e introspección en la carretera, le fueron devolviendo esperanza y razón para vivir. Fue un “camino sanador”, como dice el subtítulo del libro, y se conritió en best seller, finalista en el premio Drainie-Taylor de biografía y seleccionado con “mérito especial” entre los cinco mejores libros de 2002 por el Writers Trust de Canadá.
"Ghost Rider" (Vapor Trails), en Rio, 2002
La interrupción de la actividad de Rush duró, finalmente, un lustro y Peart se reincorporó para volver en el nuevo siglo con redoblado impuslo. Geddy Lee perdió con la edad su original voz de castrato —conservó el raro timbre ronco— y aprendió a cantar en tonos más graves con sencillez y energía; eventualmente dejó de usar teclados y se concentró en el bajo. Lifeson volvió a guitarras eléctricas más cercanas al hard rock y Peart perfeccionó su jaula de percusiones, su estilo, su precisión: se convirtió en una máquina. Se hizo también, cada vez más, un alma buena, un ser en paz que disfrutaba como nadie de hacer lo que hacía: tocar la batería, y lo hacía mejor que nadie. Cosechó premios y reconocimientos a granel, emprendió proyectos solistas, escribió ensayo, crónica y ficción, incluyendo una colaboración con Kevin Anderson para convertir el álbum Clockwork Angels (2012), última producción de estudio de Rush, en una novela; se volvió a casar, volvió a tener una hija.
"Clockwork Angels", Clockwork Angels Tour, 2013
Hacia 2015, diversos problemas de salud lo fueron llevando al retiro. Su círculo cercano mantuvo en privado que a mediados de 2016 le diagnosticaron gioblastoma, el mal que ayer se lo llevó, a los 67 años, al último viaje.
Tuit de Chad Smith, baterista de Red Hot Chili Peppers,
una de las bandas que declaran la influencia de Rush
[para quien quiera ver de corrido la selección de videos incluidos en este post (todos en vivo, en todas sus etapas y en la mejor calidad posible, hicimos una lista de reproducción: https://www.youtube.com/playlist?list=PLglz4cMiu--BMsBJ7TG59JJM3Uzrap6RW]