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El último vuelo (Karim Dridi, 2.009)

Publicado el 08 febrero 2012 por Rugoleor @rugoleor

El último vuelo (Karim Dridi, 2.009)

El último vuelo (Karim Dridi, 2.009)

Calificación:

Crítica: 5,782 Público: 5,849 España: 5,310 Rugoleor: 5,796

Ficha:

Título Original: Le dernier vol

Director: Karim Dridi

Guionistas: Pascal Arnold, Karim Dridi, Rémi Waterhouse

Intérpretes: Guillaume Canet, Marion Cotillard, Saïdou Abatcha, Guillaume Marquet, Frédéric Epaud, Michaël Vander-Meiren, Nabil Imtital

Productores: Jean Cottin, Sidonie Dumas

Fotografía: Antoine Monod

Música: Le Trio Joubran

Montaje: Lise Beaulieu

Nacionalidad: Francia

Año: 2.009

Duración: 95 minutos

Edad: Todos los públicos

Género: Aventuras, Drama, Romántica

Distribuidora: Kiss Comunicació S. L.

Estreno: 26-02-2.010

WEB Oficial: Web Oficial de la película en Francia

Espectadores: 3.987

Recaudación: 21.588,20 €

Calificación única: 6,162 (107.983 valoraciones)

Puesto / Total: 49 / 68

Sinopsis:

Sahara francés, 1.933… Bill Lancaster, famoso piloto inglés ha desaparecido en el desierto durante un intento de récord de travesía entre Londres y el Cabo. Su esposa, la aventurera y aviadora Marie Vallières de Beaumont tiene una única obsesión: encontrarlo. Al sobrevolar el Teneré, la joven mujer es obligada a aterrizar con su biplano cerca de un puesto avanzado de meharistas franceses. El capitán Vincent Brosseau la acoge, pero rechaza ayudarla. Preocupado por las rebeliones tuaregs, el mando de Argel no autoriza el envío de ayuda. Enfrentado con la determinación de Marie, el teniente Antoine Chauvet intenta disuadirla de continuar esta búsqueda desesperada en un lugar enorme y hostil como es Teneré. Nada funciona. Para continuar su búsqueda, ella se une a una expedición dirigida por la compañía meharista en territorio Tuareg. En el curso de esta misión de alto riesgo, Antoine, en desacuerdo con su jerarquía, y Marie se unirán. En ese desierto que no miente y en el abandono que impone, descubrirán una verdad que no esperaban.

Comentario:

Adaptación de la novela de Sylvian Estival, El último vuelo de Lancaster, la francesa Marion Cotillard protagoniza este romántico largometraje de aventuras que se inspira en los grandes clásicos del género pero cuya premisa funciona al revés: aquí es la esposa la que acude en rescate de su marido, un piloto inglés desaparecido en pleno desierto del Sahara en 1.933. La protagonista encontrará en un teniente (Guillaume Canet) el mejor de sus aliados para sobrevolar con éxito las líneas de las rebeliones tuaregs.

Crítica:

05-03-2.010 – JOSU EGUREN

La mujer del aviador inglés

La actriz francesa Marion Cotillard puede con lo que le echen. Si ya demostró estar a la altura de una superestrella como Johnny Deep, y no desentonó al recibir el Oscar por “La vida en rosa”, menos problemas tiene para destacar en un drama cortado a la medida de sus posibilidades. Con Amelia Earhart en la memoria y la misteriosa desaparición de Saint-Exupéry marcando el rumbo de su aeroplano, el francés Karim Dridi vuela hacia el Sáhara de los años 30 en primera clase para recrear un drama pasional que, inevitablemente, remite a “El paciente inglés” de Anthony Mingella.

La longitud romántica de “El último vuelo” no es tan evidente; Dridi contiene a sus actores, especialmente a Guillaume Canet, para que el rosa no eclipse del todo el drama de los tuaregs masacrados por la política colonial francesa, y de esta manera el paralelismo con los inmigrantes en la moderna Francia salta a la vista, como no podía ser menos si conocemos la filmografía de un director que se ha curtido en los dramas sociales. Lo que falla son las caracterizaciones, algo forzadas, y una ambientación naturalista que termina desembocando en pose. No hay atrezzo más grande que el Sáhara fotografiado por Antoine Monod, un desierto que no quema, y que lejos de adquirir cierto protagonismo sólo alcanza el rango de decorado.

Falta un personaje, eludido en la novela de Sylvain Estibal (“El último vuelo de Lancaster”), que resta fuerza y credibilidad al triángulo amoroso que Dridi propone. Por hacer una comparación, si nos olvidásemos del barón Hans Blixen la relación entre Robert Redford y Meryl Streep no estaría archivada en la memoria. Y no es sólo por falta de química, Cotillard y Canet son pareja, sino fruto de un desequilibrio que nunca se ve compensado por las aventuras desérticas del teniente meharista y la aviadora. La pasión desatada en el tramo final, con finta y gancho al lacrimal de los espectadores blandengues, no nos hace olvidar que esta historia la hemos visto mil veces, pero tiene su público aunque nos pese.

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