Revista Infancia
Fuì en estos dìas al cine (uno de mis hobbies favoritos y que gracias a que mi esposo se queda con la nena puedo ir tranquila)a ver Reveròn, narra la vida de un pintor y artista plàstico venezolano, salì fascinada del cine, completamente atrapada en la trama, pero muy triste por el final del artista, quien en sus delirios de genialidad sufrìa de alucinaciones y otras manifestaciones de "locura" que yo las miro como parte integral de lo que èl era y manifestaba como persona y artista.
Definitivamente en el mundo ser diferente es cuestionable y condenable, al punto que el pintor murió encerrado en un sanatorio, sin volver a mirar su Macuto de los años 50, sin volver a tocar el mar, las olas, la arena, sus obras, sus muñecas hechas por èl mismo, sin vivir de nuevo en medio de la naturaleza como a èl le gustaba estar y separado de su amor Juanita.
Uveros, 1942
Óleo sobre tela
53 x 64 cm
Colección Fundación Museos NacionalesArmando Reveròn a los pocos años de nacido fue entregado por su madre a un matrimonio y estos se ocuparon de su primera educación, y un tío lo instruye y despierta en èl su vocaciòn artistica. Entonces, un hombre privado en su infancia del amor materno, abandonado, entregado, con un potencial gigantesco dentro de èl, no era para menos que sufriera tormentos en su vida, pero lo lamentable es que termine sus dìas, su vida y su obra encerrado en un hospital psiquiatrico contra su voluntad y medicado.
Armando Reveròn segùn nos muestra la pelìcula fue un hombre junto a Juanita de los Rìos (su compañera sentimental), que quiso vivir apartado de todo vestigio de civilizaciòn, no molestaba a nadie, màs bien decìa que quien quisiera ver sus obras y a èl que subiera a su humilde hogar.
Cuando Oscar Yanez consigue una entrevista con èl, luego de varios intentos fallidos, dice al salir de su vivienda "este paìs (Venezuela) està llenos de locos y el ùnico cuerdo està aquí (Reveròn)", porque siempre estamos asì, cuestionando a quien es diferente y no sigue los pasos y etiquetas de la sociedad para encajar como una pieza del lego de la vida, hay un alto precio a pagar por quien elige vivir su vida sin seguir preceptos.
Para saber màs
Muñeca, hacia 1940
La eiqueta es para los "adultos" de aquellos años 50 que lo privaron de su libertad, aunque dudo que en la època actual le hubiese ido mejor.