Tenía este libro pendiente por leer desde hacía más de un año, cuando lo recibí como regalo de un amigo invisible. Pero por una cosa y otra, nunca era el momento de leerlo. Hasta ahora.
Autor: Katherine Applegate
Traductor: Mercedes Guhl
Editorial: Gran Travesía / Océano
Páginas: 319
Autoconclusivo
Sinopsis:
Iván es un poderoso pero tranquilo gorila espalda plateada. Vive en la salida 8 del centro comercial Big Top Mall; allí se ha acostumbrado a los humanos que lo observen a través de las paredes de cristal de su jaula. Rara vez echa de menos su vida en la selva. De hecho, casi nunca piensa en ello. Cuando conoce a Ruby, una bebé elefante que ha sido apartada de su familia, Iván comienza a ver su hogar de una forma distinta.
Os voy a contar un cuento:
No sé cómo, pero la caja de aquel puzzle de cien piezas llegó intacta. Cuando me la regaló mi padre, era un juguete caro. Fue el día de mi cumpleaños.
- No es tan difícil - me dijo-. Ninguna pieza está sola, ya verás, al reunir todas sus partes formarás un todo. Cuando vuelva a casa te ayudaré.
Pero no volvió. Pisó una mina y su cuerpo se hizo pedazos imposibles de juntar. Enterramos un ataúd vacío.
A pesar de las quejas de mi madre, me llevé el puzzle conmigo cuando zarpamos en busca de un lugar mejor donde vivir. La primera vez que vi el mar quedé sobrecogido por la belleza de esa inmensidad azul llena de vida. No conocí su naturaleza fría y cruel hasta después de llevar varias semanas navegando en una cáscara de nuez junto a decenas de personas sudorosas y niños chillones. La sed me hizo descubrir que el agua de mar sabía a lágrimas.
Mi madre, el orgullo de mi abuelo, la envidia de todas las mujeres del pueblo, estaba seca. La poca comida que había era para mí y la leche para mi hermana pequeña. Su voz cantarina era lo único bueno de aquel viaje. Cantaba canciones sobre nuestro hogar, sobre el futuro esperanzador que se acercaba. Contaba historias sobre valientes piratas, sobre intrépidos aventureros. Pero estaba tan cansada que una vez se durmió, aunque Sara llorara a pleno pulmón.
Paró de llorar tres días después de eso. Una mañana me desperté y estaba inmóvil entre los brazos de mi madre. Nunca sabré si murió de hambre o de frío. Depositamos su cuerpecito sobre el mar, y las olas, como un animal salvaje y hambriento, se la tragaron.
Mi madre dejó de cantar.
Cuando estalló la tormenta, me dijo que todo iría bien, que cerrara los ojos y que me agarrara a la barandilla con todas mis fuerzas. Cuando los abrí, el mar volvía a estar en calma. De las cien personas que habíamos salpado, solo quedaban la mitad. Mi madre no estaba entre ellas.
Llegamos, pero yo no reconocí el lugar. ¿Dónde estaba el paraíso lleno de riquezas y personas felices del que me había hablado mi madre? Puede que fuera un lugar más seguro, pero no dejaba de ser otra ciudad llena de gente sin sonrisa y malhumorada, que habla a gritos, y que arrastra sus penas. Y allí estoy yo, solo en un lugar que no conozco. Mi padre mentía. Soy una pieza solitaria de un puzzle incompleto, incapaz de reunir sus piezas y volver a ser un todo.
¿Os ha gustado el cuento? ¿Precioso, a que sí? Yo a eso lo llamo melodrama barato. Se cogen un puñado de noticias tristes que pueden hacer enternecer al lector (muerte de familiares, injusticias de la vida, niños), se mezcla todo y se hace una novela. Podría haber intentado transmitiros la sensación de pesimismo que me ha hecho sentir el libro, pero he querido hacerlo de una forma más directa. Pues bien, "eso" que habéis sentido al leer mi cuento es lo que he sentido yo a lo largo de las 314 páginas del libro.
Esta novela tiene un tono muy pesimista, nos muestra el lado más oscuro de la belleza del circo: los animales. Detrás de ese majestuoso león, detrás de ese dócil elefante, detrás de ese impresionante mono, detrás de esos aterradores osos,...hay un animal que sufre. No porque sus cuidadores los traten mal (aunque eso también) sino porque pierden su identidad, tratamos de humanizarlos y obligarles a hacer cosas que no corresponden a su naturaleza. Dejan de saber quién son. No importa lo grande que sea su hábitat, lo bien cuidados que estén: no dejan de estar en una jaula.
Una historia contada por Iván, el único e incomparable, nos permite ver más de cerca el punto de vista del animal encerrado. Y me parece una idea magnífica, porque cada vez que vamos a ver un espectáculo de animales, deberíamos pensar en lo que ha sufrido ese animal antes de aprender a hacer esos trucos, el tipo de vida que ha llevado y que llevará hasta su muerte.
Pero a pesar de que la idea sea buena, la historia no me ha convencido por dos razones. La primera es que me falta trama. Podría resumiros el libro en dos líneas (pero no voy a ser mala y no lo haré). No pasan muchas cosas, simplemente conocemos la situación de Iván y de otros animales y luego hay un desenlace, poco más. No sé, la construcción de la historia no tiene mucho mérito porque casi no hay chicha.
Por otra parte está lo del melodrama barato. No soy escritora y seguro que mi cuento os ha entristecido. Eso no es porque sea muy hábil con las letras, sino que simplemente he creado una historia con un conjunto de elementos que sé que van a entristecer al lector. Y eso es lo que he encontrado en este libro. Por una parte, está el continuo tono de nostalgia mediante flashbacks, donde Iván recuerda su maravillosa infancia en la selva con la triste soledad del presente. Luego, la narración se centra en buscar lo negativo de cualquier cosa. Nos presenta un objeto o situación que solemos asociar con algo bueno, pero lo tuerce hasta mostrarnos su lado más oscuro.
Además, aunque la historia es triste, podría serlo más. El tema del maltrato animal en los circos da para un mar de lágrimas, para crear una historia conmovedora y que convierta al lector en un firme defensor de los derechos de los animales. Pero no, aunque la historia es triste, la autora no le ha sacado todo el jugo y se limitado a narrarnos los hechos. No es lo mismo que un autor te cuente lo mal que vive un gorila en una jaula que un autor te muestre lo mal que vive un gorila en la jaula.
Eso sí, el libro se lee en un suspiro. El estilo narrativo es muy acertado: oraciones cortas, palabras simples, capítulos breves, frases finales moralizantes. Si fuera algo más complejo, no lo relacionaríamos con el pensamiento de un gorila por lo que en ese aspecto, es muy acertado.
Otra cosa interesante es que el libro está ilustrado. La pintura tiene un papel importante en la historia, Iván es un artista, y Julia, una niña que lo visita cada día, también. Pero los dibujos no me han gustado. El estilo no es acertado, parecen sacadas de una película de animación Disney y no. Hubiera sido mejor que fueran más simples e imprecisas, como si las hubiera dibujado Iván o Julia. Eso hubiera sido fantástico.
El final no es gran cosa, pero quiero comentarlo en un spoiler.
SPOILER (leer para subrayar)
El final me ha dejado con un regusto amargo. Sí, está bien que los animales hayan sido trasladados al zoo, sin duda es una mejora de vida increíble, pero no todo es tan maravilloso como parece. Como ya he dicho, la autora deja al descubierto el lado más oscuro de las cosas bellas, y esta reflexión de Iván al final no tiene precio:
"He explorado todos los rincones y recovecos de este lugar, a excepción de una colina que hay en un extremo, donde unos hombres han estado reparando un muro. Al fin han terminado. Han dejado una extensión de ladrillo blanco y nuevo y un montón de tierra negra. [...]
El muro no tiene fin, blanco y sin una mancha. Se extiende más allá de mi hábitat, hasta el de otros animales. Es alto y ancho, construido cuidadosamente para mantenernos dentro a nosotros y fuera a los demás.
A fin de cuentas, sigue siendo una jaula."
El zoo sigue sin ser su hogar, puede que sea una jaula más grande, pero sigue siendo una jaula.
FIN SPOILER
En conclusión un libro envuelto en un halo de pesimismo y tristeza, que tiene un mensaje importante que sabe transmitir bien, pero cuya historia no termina de demostrar todo su potencial. Interesante, pero no hay para tanto.
Y aquí os dejo mi avance en Goodreads: