Si me interesé por este libro fue gracias a la reseña de Arsénico, pues de primeras ni lo conocía ni me habría parado a ver de qué iba de habérmelo cruzado. Entonces apareció en Círculo de Lectores y supe que le tenía que hacer caso para que acabase en mi casa. Y realmente fue una decisión más que acertada.
Argumento
"Me llamo Iván, soy un gorila. No es tan sencillo como parece. Yo era un gorila salvaje que vivía en la selva, y aún conservo este aspecto. Tengo la mirada tímida de un gorila, y la sonrisa pícara. Tengo una zona de pelaje que parece cubierta de copos de nieve, el uniforme de un espalda plateada. Cuando el sol me calienta la espalda, proyecta mi sombra, la de un gorila majestuoso."Desde su hábitat en un centro comercial, Iván observa a los humanos, esos seres complejos que hablan demasiado, parlotean como chimpancés y congestionan el mundo con su ruido.
Iván tiene buenos amigos, como la elefanta Stella y el perro Bob y rara vez echa de menos su vida en la selva. Lo que más le gusta es pintar, captar en sus cuadros el sabor de un mango o el sonido de las hojas de los árboles. Pero la llegada de Ruby, una elefantita bebé que fue separada de su familia para llegar a un circo que poco duraría abierto, imprime un cambio en la vida de los animales de ese centro comercial.
Reseña
Sinceramente, no me atrevo a considerarlo realmente un relato infantil porque como adulta me ha dejado el corazón hecho papilla y ganas de llorar a cada poco (aunque al final conseguí retener las lágrimas). La historia es brutal desde su concepción hasta algunas frases demoledoras que te retuercen por dentro y te llenan de rabia y pena. Y sin embargo, también es un libro esperanzador, dulce, divertido y simpático. Vamos, una auténtica montaña rusa de sentimientos.Estamos ante la historia de unos animales enjaulados en recintos demasiado pequeños para sus necesidades y obligados a hacer numeritos para Mack, el duelo del centro comercial. Mientras Iván se limita a estar en su jaula acristalada haciendo alguna gracia y pintando papeles que se venden por unos dólares, Stella y luego Ruby tienen que ir a una pista a hacer su espectáculo. Personalmente no me entra en la cabeza esta idea de centro comercial, aunque intuyo que la concepción tiene unos cuantos años, antes de que los movimientos animalistas por especies en peligro de extinción tuviesen la repercusión que hoy tienen.
Como remate, para terminar de emocionarte del todo, descubrimos por una nota de la autora que el relato está basado en hechos reales, con un Iván que existió realmente y tuvo una vida similar. Nos queda el consuelo de pensar que hoy en día es impensable que una situación así se dé con animales de estas características y la tendencia a hacerlos desaparecer de los circos ambulantes es esperanzadora. Como anécdota, tengo una foto mía de pequeña subida sobre un elefante en un circo que pasó por mi pueblo. Cada vez que la veo me pregunto por el pobre animal: qué vida llevó, cómo llegó a ese lugar y si al menos al final de su vida pudo conocer algo de libertad en algún santuario cuando ya fuese demasiado mayor para hacer sus números.
En cuanto a la narración tiene un enfoque muy interesante. Como habéis leído en el primer párrafo del argumento, ésta va en primera persona desde la perspectiva de Iván. Es muy curiosa su forma de vernos a los humanos y el pequeño mundo que le rodea. Muy realista e interesante me parece el entender que los seres humanos pueden ser buenos, malos y regulares. Con lo indignante que es el tema sería fácil caer en que, como especie, somos un asco (yo caigo mucho en esa visión cuando leo las noticias), pero también somos capaces de actos nobles y generosos por los que merece la pena no tirar la toalla del todo.
Mi único problema con el libro es puramente superficial: su formato. Al ser una lectura infantil, hay un renglón que separa cada párrafo y muchos párrafos que son apenas una o dos líneas. Hasta ahí, bien, lo entiendo. Yo, como adulta, no soy el público objetivo así que el estilo se adapta a la capacidad de las y los más peques. Lo malo realmente es que la estructura de micro-capítulos hace que cada uno deba empezar una página y es muy común que muchos de ellos no rellenen ni la mitad de ésta con lo que, al final, el libro debería haber ocupado apenas unas 100-150 páginas frente a las algo más de 300 que tiene ¿Por qué me mosquea esto? Por el desperdicio de papel. Me chirría que un libro que lanza un mensaje ecologista tan fuerte y necesario en cierto modo se contradiga a sí mismo por una mera cuestión formal. De hecho, un libro más fino seguramente atraería más a su público que el "tocho" que es, al menos visualmente, para esas edades.Poco más que añadir. Os animo a que le deis una oportunidad a este libro, por mucho que esté pensado para otro público. Es una historia llena de sensibilidad, con unos mensajes muy potentes y capaz de despertar sentimientos de todo tipo. La historia de los personajes de este controvertido centro comercial merece realmente la pena.