Hace unos meses cayó en mis manos un artículo que hablaba de una nueva revolución de la moda. En él, aparecía un nombre destacado en negrita, Bere Casillas, definido como sastre y diseñador de moda para hombres en el contexto 2.0.
Me resultó anecdótico, sin más.
Lo curioso es que 1) hoy me acordé de él al leer un artículo sobre las profesiones de la moda más demandadas, estando relacionadas con el entorno digital, y no con el creativo.
2) Tras entrar en twitter,he visto soy su seguidora.
En ese instante me he dicho- tengo que informarme y escribir sobre él-.
He entrado en su web, y, he vuelto a linkear para revisar si el enlace era correcto.
(Inciso)
Este post no es para juzgar la estética, pero si voy a alabarlo por unos aspectos, no puedo callarme la opinión que tengo de otros.
Bere ha tomado como leitmotiv el término elegancia, y se apodera de él con una seguridad absoluta. Como defensora a ultranza del significado de la RAE: dicho de una cosa o lugar que revela distinción, refinamiento y buen gusto, lo siento, pero no encuentro ninguna de estas características en los productos del diseñador granadino.
Sin embargo, si hay otras cosas que me llevan a verle como un excelente empresario y comunicador en redes sociales.
Y es que, ¿No es curioso ver como el uniforme del siglo XIX- el traje, el terno…-, puede convivir y servirse de herramientas del siglo XXI para seguir vendiéndose?
A opinión personal, encontrándonos en esta era, me resulta chirriante nos sigamos sirviendo de este elemento unificador, pero, como hoy mi intención no es criticar esto, pasemos a lo que verdaderamente venía a contar:
Éste diseñador decidió crear un nuevo concepto de empresa tras sufrir una fatídica crisis en 2008 con una caída del 40% en su facturación, ampliando horizontes y comenzando a usar un mundo que quizá no le diese tantos problemas como el físico.
Así es como embarcó en el viaje virtual.
Se ha valido de todas las herramientas para explotar su marca: desde indispensable web y tienda online, pasando por canal de vídeos en youtube, Facebook y Twitter.
Cada canal y red le ha servido para acercarse a la gente, y compartir con ellos conocimientos y sugerencias que crean una atención al cliente magnífica, tanto, que ha sido reconocida entre numerosas esferas del business.
Su web se llama hombresdemoda.com, y en ella vende todo tipo de complementos: corbatas, gemelos, tirantes, sombreros…
Además de esta página, cuenta con otra, berecasillas.com, donde mostrar sus colecciones y líneas de traje divididas en boda, elegancia, empresas y alquiler.
Por si esto fuera poco, tiene un blog llamado eleganciadospuntocero, que actualiza diariamente dando datos informativos sobre la moda masculina, así como actos a los que podemos asistir y en los que él participa (lo recomiendo chicos).
En lo referente a canales, destaca Youtube, donde cuelga vídeos muy ilustrativos en los que da consejos y trucos desde cómo hacer nudos de corbata hasta aprender a usar un cinturón.
Una red social a destacar es su twitter @BereCasillas. Se declara adicto a esta herramienta a la que vive conectado todo el día conversando con clientes y seguidores. Sólo deciros que cuenta con más de 6.400 amigos, número considerable, más teniendo en cuenta que se dirige a un único género, el masculino.
Gracias a todas estas tácticas consiguió aumentar su facturación en un 30% el pasado año, y parece ser que éste dato es sólo el principio de un éxito que se encuentra en expansión.
Me encanta ver que hay más de una Agatha Ruiz de la Prada en el sector, aunque me da mucha pena que los buenos empresarios suela ser los peores diseñadores creativos.
Quizá el trabajar en equipo y la unión de las mentes empresariales con las mentes con gusto y delicadeza estética sean la solución para que la moda española remonte y comience a ser una industria de peso en nuestro país, y fuera de él.
¿Algún día viviremos un fenómeno conjunto?
Espero que sí, y pronto.
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