Cuando se va a diseñar un videojuego, los creadores buscan una historia potente que logre adentrar al jugador al mundo virtual, haciéndolo un personaje más. Esta técnica pertenece al «juego de roles» y consiste en asumir un papel en la trama. Como escritores, podemos utilizar las prácticas de rol para ponernos en el lugar de los personajes y entender mejor sus pensamientos, sentimientos y acciones. Si nosotros fuéramos ese personaje, qué diríamos, qué gestos haríamos, cómo actuaríamos, qué pensaríamos…
El objetivo es adentrarnos en la psicología del personaje según la caracterización que le hayamos dado. De esta forma logramos construir una historia creíble, dinámica y fluida, lo que permitirá una mejor experiencia lectora. En otras palabras, si nos creemos por unos minutos que somos ese personaje, sacaremos a la luz con más facilidad sus reacciones, emociones y manías, pero también lograremos que el lector se «crea el cuento».
El juego de roles es una dramatización, y sabemos que los mejores actores son aquellos que se viven la historia, creyendo que son el personaje mismo. Antes de que Heath Ledger interpretara el papel del Jóker, se encerró seis meses en un hotel para familiarizarse con la personalidad sádica y psicópata de su personaje. Sumergirse de lleno en este rol lo llevó a convertir su actuación en la más aclamada de toda su carrera (y algunos consideran que fue la razón de su suicidio).
Asumir un rol es una experiencia de aprendizaje que nos hará construir mejores personajes. Ponerte en los zapatos de estos te dará la posibilidad de crear una lista con sus características más importantes, y la idea de cómo emplear estas en su juego (cómo se enfrentarán los personajes a los conflictos de la historia).
En los videojuegos, las prácticas de rol ofrecen la mecánica y las reglas del juego. Es decir, indican la estructura formal de la historia, lo que se puede hacer (o puede suceder) y lo que no; pero también establecen cómo lo hace. Esto nos ayuda a estructurar la historia, pues podemos pensar de antemano en los conflictos que se generarán a partir de los diálogos y las actuaciones de los personajes según su psicología.
Los juegos también se sitúan en un espacio y tiempo determinado. Tanto la actuación como la transformación del personaje transcurrirán en una línea de tiempo que está ubicada en un contexto y un lugar específico; lo que nos ofrece la oportunidad de desarrollar el entorno (dónde y cuándo ocurre la acción), y determinar la interacción entre los personajes y el narrador.
Como ves, el uso de las prácticas de rol en la escritura nos puede ayudar a construir mejores personajes y a definir los conflictos que los aquejan, así como estructurar y organizar la historia. La técnica es muy fácil de utilizar y te aseguro que si la practicas, lograrás generar miles de ideas para aplicar en la trama.
¿Qué otro beneficio tendría el juego de roles al momento de escribir?