El uso del preservativo femenino

El preservativo femenino es un método anticonceptivo de barrera que puede utilizar la mujer para tener protección en sus relaciones sexuales y consiste en una vaina lubricada que pone la mujer en la vagina mientras dura la relación sexual, que puede tener la mujer en su vagina hasta un máximo de 8 horas.

El primer preservativo femenino se hizo de poliuretano, aunque a día de hoy se han incorporado otras opciones como el nitrilo.

Este anticonceptivo femenino no sólo previene del embarazo, por si alguna persona piensa que por el hecho de no poder tener hijos con su pareja no lo necesita, ya que también previene de muchas enfermedades sexuales entre las cuales se encuentra el sida. Protege totalmente tanto a la mujer que lo lleva como a su pareja. Es muy importante saber que nunca debe utilizarse con un preservativo masculino a la vez y hay que tener especial cuidado tanto en su correcta colocación como a la hora de quitarlo (sobre todo para que no se introduzcan flujos sexuales dentro del cuerpo de la mujer).

Aunque su precio es superior al de los preservativos masculinos, su precio es económico y resulta un buen anticonceptivo y su seguridad es muy grande. Ideal para relaciones sexuales esporádicas o en caso de correr algún riesgo no deseado, y también especialmente indicado para relaciones sexuales homosexuales entre mujeres y en caso de relaciones sexuales en que el hombre se niega al uso del preservativo masculino, ya que además la pérdida de sensibilidad de las relaciones sexuales es mínima.

Es fácil de encontrar, aunque no tanto como el preservativo masculino, y no necesita prescripción médica para su uso. Además, se puede utilizar con lubricante para facilitar la relación sexual. Los preservativos femeninos se encuentran principalmente en farmacias, aunque también es posible encontrarlo en algunos supermercados.