El valor de la amistad

Amistad, seguramente, esta gran palabra de tan sólo 7 letras tenga una acepción pero muchos significados. Cada ser la califica de una manera distinta. Seguramente porque los valores de cada uno son particulares.

Siempre se dice que la amistad es importante, que mas vale un amigo que un tesoro, aunque esto último sea con la boca pequeña creo. 
La vida nos enseña el sentido que le queremos dar, a pesar que del concepto que tengamos aprendido. 

Pero la amistad es sencillamente dar sin esperar nada a cambio, solamente eso. Y en los días que corren, nos damos cuenta realmente de quienes son nuestros amigos. En los momentos en que todos necesitamos algo, hay gente mas predispuesta que otra. Ahora es cuando ponemos las cartas sobre la mesa y nos vemos las caras, sin máscaras. 

Cuantas veces nos ha pasado eso de :" éramos amigos, y de repente ... ". Sencillamente la selección natural, que tarde o temprano desenmascara a los que solo están para aprovecharse, o simplemente por estar.

Posiblemente en los tiempos que nos toca lidiar, esa palabra se use muy mucho y muy mal. En las redes sociales tenemos muchos amigos, que no conocemos de nada. Pero cual es nuestra sorpresa que algunos de ellos se comportan como si realmente lo fuesen, brindando ayuda y comprensión, dando. Personas anónimas que de una manera u otra, intentan comprender y actúan según el dictado de su conciencia.

 Otros en cambio, solo están ahí por si pueden sacar partido de algo, que son los que no aparecen cuando se les necesita. De repente, nos encontramos con que somos ignorados por los que nos mencionaban incondicionales, apartados por los que nos definían imprescindible, olvidados por los que nos trataban de amigos.
Fiel reflejo de la vida real, lamentablemente. El que se mueve de la foto, no existe. Y así estamos en la situación actual, gobernados por el egocentrismo y avaricia, el individualismo y la indiferencia. Y tanto es así que cuando intentas proponer planteamientos opuestos, te tildan de populista. 
Al fin y al cabo, nuestros actos nos definen y el tiempo, juez eterno, nos pondrá el el lugar que nos corresponde.



Si supiésemos valorar lo que tenemos antes de perderlo, tendríamos seguramente menos amigos, pero mejores. Pero podemos intentarlo. Podemos brindar nuestro apoyo y ayuda a todo aquello que consideremos necesitado de ello, bien sea en tiempo, en presencia, en comprensión, colaborando compartiendo experiencias ... Y quizás así recojamos el fruto de nuestra siembra, que aparte de la satisfacción personal de haber ayudado a alguien, haya servido para quitarle el protagonismo al vil metal y al materialismo. Porque tendremos amigos, y estos nos darán ...