Fam. Yanes Castañeda
Durante la etapa de soltería, que precisamente vivimos en soledad (sin una persona fija a nuestro lado) experimentamos el deseo de estar con ese alguien, ese ser que revolucione nuestro universo, que pinte nuestro mundo de diversos colores, cual arco iris luego de la tormenta; después de un proceso amoroso, llamado noviazgo, finalmente tomamos la decisión de mandar por la borda esa soledad que atormenta principalmente en las noches de frío, momento ideal para la unión libre o matrimonio, según nuestras creencias o conveniencias. Como la vida está hecha por etapas fríamente calculadas por El Supremo Creador, luego del matrimonio es necesaria la reproducción, no sólo como mandato bíblico, sino como un deseo puramente social (se necesita más compañía), por ende se piensa en incrementar la familia y qué mejor que a través de nuestros bellos retoños, a través de la expansión de nuestra genética. Ante la existencia de hijos en un matrimonio, este se fortalece y surge el valor de la familia, que de hecho es un valor meramente textual, pues aplicado a una realidad, es incalculable dicho valor. Cuando ya existe una familia, entiéndase esposos e hijos, uno como padre, ya no puede vivir sin ellos, con unos días que esté lejos de la familia, se extrañan enormemente, puesto que son parte en sentido literal, de nuestras vida.Siempre he sido de la condición de equilibrar mi vida, en cuanto a la familia, el trabajo y el estudio, nunca me soñé como un gran profesional, pero carente de familia, con quien compartir mis logros, pues conozco muchos casos de expertos en cierta rama del saber humano (incluso hasta calvos), pero sin quien poder compartir sus triunfos, por tal razón la familia es la base fundamental de la sociedad y el sentido de vida del hombre.
Autor: Edwin Yanes www.poesiagt.com