Con la educación no sólo formas ciudadanos responsables (lo que en el
siglo pasado se llamaban ‘hombres de provecho’) sino que estás
decidiendo el futuro de un país. El de España es poco halagüeño: las leyes educativas de los gobiernos
socialistas sustituyeron conocimiento por adoctrinamiento y abocaron a
la juventud al fracaso escolar. Pero tampoco el Partido Popular se ha esmerado gran cosa. A la vuelta del verano se esperan clases de Ideología de Género en comunidades
gobernadas por el PP (como Madrid o Murcia). Es como la Educación para
la Ciudadanía de Zapatero pero con consecuencias más dramáticas y, por
supuesto, liberticidas y totalitarias.
Esta preocupación sobre algo tan sagrado como la educación llevó al filósofo y pedagogo Gregorio Luri, cuyos libros El valor del esfuerzo y Mejor educados, el arte de educar con sentido común son de lectura imprescindible para padres y educadores. A la competencia profesional une Luri el sentido común, algo que
parece haberse perdido en buena parte de la pedagogía moderna. Y la
experiencia: ha sido maestro de primaria, y profesor de Bachillerato y
Universidad.