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En un mundo materialista, oír hablar de lo inmaterial resulta, cuando menos, paradójico, hasta trivial, salvo cuando hablamos de personas, salvo cuando esa persona podrías ser tú. Ahí algo cambia, todo cambia. Y es que no es lo mismo decir lo mucho o poco que valen los demás que oír decir a otros lo mucho que vales tú (obvio, como podrás entender, "lo poco").En esta tesitura, las palabras cobran mayor relevancia, incluso dejarías lo material a un lado hasta saber lo que piensan los demás de ti. Si bien es cierto que soy de los que opinan que que eso no debe marcar tu rumbo porque, a in de cuentas, el timón de tu vida está en tus manos y "ellos" son sólo rachas de viento.
Pero no por ello hay que obviarlas, ojo, pues algunas pueden refrescar tus ideas, hacerte abrir los ojos o incluso despejar las nubes que no te dejan ver con claridad.
Tú vales. Y lo sabes....
Te sabes mejor que otros en ciertas habilidades, conoces tus extremos e incluso tus limitaciones inconfesables, esas que cuestan reconocer. Te elevas a cotas donde muchos no son capaces de llegar porque pones pasión en lo que haces y, sin embargo, por modestia (o falsa modestia) a veces, por vergüenza otras, o por dejadez (muchas) no te muestras tal como eres.
¿La modestia es necesaria?. Podría decir que no (de la falsa ni te cuento). ¿Tú qué opinas?. En sí, no es más que un obstáculo ara mostrarte tal cual eres. Aún no sé de nadie que no le guste oír de otros lo bien que ha hecho algo y, menos aún, alguien que no se enorgullezca de su trabajo bien hecho, de su buena acción o de su mejor intención. Dime, dime, ¿te callarías todo eso, renunciarías a recibir palabras de agrado por aquello que has hecho con la mayor y mejor voluntad?.
La modestia no es un valor, menos aún, un valor en alza. Evidentemente, presumir no es un arte y la presunción resulta chocante cuando conlleva un chovinismo personal que sólo aprieta la paciencia de los demás y distorsiona tus logros.
Y hablando de valores y, especialmente, de valores en alza.... Para mí, el más valioso es la Humildad. Ese sí que es un valor en alza, ese sí.
La humildad sirve para desenmascarar tu mejor yo, para reconocer tu esfuerzo y que éste haya merecido la pena. Ella no te mira por encima del hombro ni permitirá que otros lo hagan. La humildad no tiene color más que el de la verdad, ni fronteras más que la de tu conciencia.
No da pie a competir con la presunción y es fiel aliada de otros valores tan ansiados como la constancia, la generosidad o la lealtad. La humildad, no se viste de sedas porque siempre va desnuda, ni se adorna porque es sencillamente transparente.
La humildad, es en mi opinión, el valor en alza. Me atrevería a decir que es un aderezo especial para sacar más sabor a la vida…
De hecho, en todas las facetas de la vida encontrarás personas dignas de tu admiración, no sólo por lo que han conseguido, sino por la forma de conseguirlos y, por qué no, de transmitirlo a los demás.
¿Qué me dices, la alzamos?
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