Hoy, por casualidad, leí el término flexitarianismo que, o bien sería algo así como aquello de lo que hablaba hace unas semanas, o bien sería una forma de no ser consecuentes ni con nuestra propia ética. De cualquier modo, pocas horas después de publicar aquel texto, tuve una conversación muy curiosa. Alguien me escribió lo siguiente: “Muy vegetariano, pero tus perros comen carne y a otros animales.”
Me imaginé mirándole, incrédulo. Él, el señor X, que puede ser hombre o puede ser mujer, me citó un vídeo de Gary Yourofsky que ya había visto (y con el que estoy de acuerdo en un gran número de cuestiones; no en todas, claro que no); le contesté: “Yo puedo elegir una dieta basada en vegetales; mis perros, son carnívoros.”
Fue todo lo que dije. Esa noche, no pude (ni quise) alargar demasiado el tema, aunque se me ocurrió que un cerdo sería una buena mascota para un vegetariano estricto que no quisiese más problemas de moralidad en su vida; además, podría bautizarlo con un nombre bien chulo, como Lord Bacon, el cual llevo años reservando para mi cerdo-mascota y ahora le cedo al mundo a través de este sencillo texto; altruista que es uno, vamos.
Pero lo cierto es que me quedé con ganas de más. Porque es una pregunta que suele cogerme por sorpresa desde que me lo plantearon hace más de un año y medio por primera vez y que, desde siempre, me ha parecido una confusión habitual que termina por dañar a nuestros colegas de cuatro patas (sean perros, sean gatos), por lo que anoté varias cuestiones que no quería olvidar.
Ser humanos
La primera de todas ellas trataba sobre ser humanos. Algo que nos convierte en omnívoros por definición, y no ser perros ni gatos, es decir, carnívoros. Ser humanos es, en este caso, libertad de elección (y acción) en todos estos sentidos; es poder comer carne y pescado o no hacerlo, o poder comer más o menos proteína animal y proteína vegetal.
Habrá quien diga que un perro también es omnívoro, cuando lo que quiere decir es que han desarrollado enzimas que les ayudan a digerir ciertas proteínas vegetales; habrá quien diga que un perro es omnívoro y se equivoque; y todavía será más grave si habla de un gato, que ni tan siquiera puede procesar ese tipo de comidas (y dudo que se las coma a diferencia del perro).
A grandes rasgos, detrás de un perro al que se quiere convertir en vegetariano, hay un dueño con unos principios éticos y morales concretos; el problema aquí es que un perro es un perro y un señor de Murcia es un señor de Murcia. Y el señor puede comer lo que le dé la real gana, pero no debería intentar humanizar a su mascota, sino informarse adecuadamente de las necesidades que esta tiene.
Dejarse llevar por la filosofía
Si seguimos por ese camino, lo que terminaremos haciendo, antes o después, es dejarnos llevar y, finalmente, obligar a otro ser vivo a ir contra natura.
Puede que en un primer momento sea más fácil pensar que ni tú ni tu mejor amigo tenéis la necesidad de matar a otros animales para vivir, y en tu caso (hoy) puede que sea cierto, pero no en el del perro. Esos animales se acercaron a ti en un momento concreto de la historia común porque sobraba un trozo de ciervo que se había puesto malo, o un hueso, o estaban los graneros petados de ratones con los que pegarse un festín.
Ese es el origen de la historia común entre humanos, gatos y perros; puede que no sea tan bonito como nos lo imaginamos, pero sí mucho más natural y certero. Y eso es lo último sobre lo que me gustaría hablar en relación con este tema…
Ser natural
Si uno decide dejar de comer animales, o cualquier tipo de alimento de procedencia animal, no creo que haya nada coherente que se le pueda decir al respecto. Cualquiera te dará su opinión, cualquiera podrá equivocarse o acertar, y cualquiera estará en su derecho de omitir las tonterías que le planteen a su paso o ignorar los comentarios acertados que puedan llegarle también; pero no tiene nada de incoherente comprar alimento que tu perro o tu gato necesita y no aquel que te gustaría que comiese. Quizá no hace falta comprar chuletas de cerdo y cocinárselas; a lo mejor es más que suficiente apostar por pienso de calidad y ecológicamente sostenible: aunque esto, siempre será algo que vas a hacer más por ti que por él.
También es cierto que hay muchas opiniones contrapuestas, donde no es extraño que empiecen a surgir ideas sobre las posibilidades de dietas alternativas para nuestros perros (no para nuestros gatos), y otras que mantengan esa idea del animal tradicionalmente carnívoro; sea como sea, una persona responsable debería asegurarse de que ofrece una alimentación adecuada a lo largo de la vida de sus mascotas (aunque no me gusta esa palabra).
Al final, si no podemos aceptar que nosotros hemos decidido tomar una decisión moral, pero no tenemos derecho a arrastrar a nuestras mascotas a una dieta que les provoca todo tipo de intolerancias, solo nos quedará cambiar a perros y gatos por cerdos, zarigüeyas, cuervos, gallinas o iguanas, lo que será siempre mucho más natural que intentar que el día se convierta en noche y la noche en día.
¿Contrastamos opiniones?
Otros enlaces relacionados:
El perro ¿omnívoro o carnívoro?, en El encantador de perros
Canis lupus familiaris, en Wikipedia, La enciclopedia libre
Origins & Evolution Of The Domestic Dog, en Breeding Business (también la IMG)
Perros y gatos vegetarianos, en PETA Latino