'El verano de los juguetes muertos', de Toni Hill

Os contaba ayer que este libro ya lo leí el verano pasado pero estaba sin reseñar. Y repasando mi libreta de notas, he visto que junto con esta novela están pendientes de reseña otros leídos ese mismo verano: Un mal paso, de Alejandro Pedregosa, Los días entre el mar y la muerte, de Luis Herrero, El aviso, de Paul Pen, La huella del hereje, de Susana Fortes, y algún otro. Todos son novelas negras de autores españoles, como veis. Tenía la intención de dedicarle una semana a la novela policíaca en castellano pero al  final, entre una cosa y otra, no pudo ser y se me fue pasando el reseñarlas. Como más vale tarde que nunca, vamos hoy con una de ellas...
Como os dije, devoré El verano de los juguetes muertos en apenas día y medio. Y es que Toni Hill ha sabido construir una novela negra de las buenas, de calidad, en la que nada ha sido dejado al azar, y que es imposible dejar hasta el final. Un capítulo más, un capítulo más... Ya me entendéis, ¿verdad?
La historia está situada en Barcelona y transcurre durante cinco días de finales  de junio. El argentino Héctor Salgado es el investigador protagonista. Superados los cuarenta años, inspector de los mossos d'esquadra, Salgado acaba de ser suspendido de empleo por abuso de la violencia en su anterior caso. Debe, además, asistir al psicólogo para que evalúe si está ya preparado para incorporarse al trabajo. Mientras tanto le adjudican, de modo extraoficial, el caso de un joven, que aparentemente se ha suicidado al arrojarse desde la buhardilla de su casa el día de san Juan. Pero no todos opinan que sea un suicidio y Salgado empieza a encontrar ciertas incongruencias en la declaración de los testigos.

Toni Hill

Paralelamente a esta investigación se va desarrollando la del caso que ha acarreado su suspensión. En total cinco días para ambas investigaciones, durante los que el inspector trabajará con su compañera Leire Castro, una mujer independiente, segura de sí misma y con carácter, muy alejada del estereotipo del género.
Y si Leire es un personaje atípico, también lo es Héctor Salgado, un personaje frágil, lejos del duro y atormentado policía que bebe para olvidar. Sí es verdad que ni su vida profesional ni personal se encuentran en su mejor momento: además de la suspensión, su mujer acaba de dejarlo y con su hijo adolescente mantiene una relación un tanto distante. Pero ahí se acaban las similitudes. 
La intriga y el misterio no dan tregua en ningún momento. Los cinco capítulos, uno por día, se dividen además en subcapítulos que facilitan y hacen muy ágil la lectura y al final de cada uno el autor va dejando ciertos cebos que renuevan el interés de la novela... hasta un magnífico final.
Si sumamos a la buena historia, unos personajes bien definidos y muy atractivos, un amplio abanico de secundarios, una gran variedad de ambientes y situaciones: la Barcelona de la clase alta y su privilegios, adolescentes flirteando con el lado salvaje, camellos de tres al cuarto, víctimas del tráfico de mujeres,... tenemos un buen libro y mucho entretenimiento.
¿Qué me decís? ¿Ya lo habéis leído? ¿Os animáis con él?

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