Revista Cine

“El verano de Martino” de Massimo Natale

Publicado el 30 noviembre 2011 por Masquecine

“El verano de Martino” de Massimo NataleQue el cine italiano pasa por uno de los peores momentos de su gloriosa trayectoria no es ninguna revelación. El esplendor de los Fellini, Antonioni, de Sica, Rossellini, Visconti o Bertolucci; el intelectual neorrealismo que encandiló a Europa y sus famosas (y hermosas) actrices han ido languideciendo lentamente hasta convertir a Italia en un mero escenario de delicados festivales de cine a mayor gloria del cine asiático. Roberto Benigni tomó el testigo del mejor cine de autor italiano pero fue un hecho puntual, casi milagroso, hasta acabar convertido en una especie de personaje temeroso de su propio éxito. Giuseppe Tornatore nos enamoró con “Cinema Paradiso” y más de una década después Marco Tullio Giordana hizo lo propio con “La mejor juventud”, pero sus siguientes trabajos dilapidaron unas carreras que parecían apuntar a reverdecer viejos laureles del pasado. Que Nanni Moretti (imprescindible “La habitación del hijo”) siga siendo el abanderado del cine italiano dice mucho (y no precisamente bueno) de lo que pasa en su cartelera: abundancia de comedias ligeras, retratos históricos mediocres y poco lugar al verdadero riesgo. Alabado sea, Berlusconi.

Con este panorama aparece una pequeña película “El verano de Martino”, que sin tener nada en común con los capitanos del cine de la vieja Italia cumple con su función de entretener con ciertas dosis de belleza. Gracias a la fotografía de Vladan Radovic, la ópera prima de Massimo Natale sale airosa en la tarea de recrear la vida de un quinceañero en unos convulsos años 80, con los soldados estadounidenses instalando las bases de la OTAN en muchos pueblos italianos y la creciente tensión social y política. El primer amor, la libertad y el aprendizaje son los grandes temas que intenta abarcar el filme con ingenuidad pero con una amabilidad que agradece el espectador. Destaca la aparición de la hermosísima actriz Matilde Maggio, que cumple con creces su cometido de enamorar al protagonista y a todo organismo viviente en la sala de proyección, y la contenida actuación de Treat Williams (el inolvidable Berger de “Hair”) como soldado americano que inicia a Martino en la práctica del surf. En contra del filme juega su excesiva búsqueda del lirismo (la historia de amor transcurre en paralelo a un cuento mitológico bastante simplón y evitable) y unos personajes secundarios dibujados en dos trazos.

A pesar de que la historia podría haber dado para mucho más (el guión pasa de puntillas por la tensión entre italianos y estadounidenses; la desdibujada relación paterno filial), la escasa duración de la película (87 minutos) juega mucho a su favor; tanto como un buen planteamiento inicial y su acertado casting. La cinta rinde homenaje a las 85 personas quefueron asesinadas el 2 de agosto de 1980 en un atentado en la estación de tren de Bolonia. Sus buenas intenciones precipitan el final de los acontecimientos de una forma brusca y algo torpe pero con el nivel actual en el imperio de Morreti nada grave, doctor. Los fans de las historias intimistas, con chicos trágicos y divas inalcanzables, disfrutarán de la película. A todos los demás se la recomiendo como un pasatiempo con pretensiones de dignificar emociones tan sugerentes como una puesta de sol o el significado de un beso de amor.

“El verano de Martirio” se estrena en España el viernes 2 de diciembre 

RUBÉN BRUÑA


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