Los tiempos verbales, esos... ¡Hijos de la real gramática española! que cambian el sentido de una oración y sentencian nuestras acciones en dos bandos: probable y cierto.
Y Si... El condicional, el incierto, el que todos usamos en medio de frases desgarradoras y al vez llenas de esperanza.
Realmente sabemos que una condición no es suficiente para que nuestros sueños se cumplan. No necesitamos simplemente ideas, proyectos o deseos.
Necesitamos una acción verbal... Necesitamos hechos.
La frase recurrente: ¿Y si no lo consigo?, debería ir acompañado de ¿Y si no lo intentas? pero por desgracia no solemos tener una vocecita alrededor para inspirar positivismo.
Nos empeñamos en ver la vida como si fuese todo en formato condicional, como si no fuésemos responsables de nuestras decisiones y con eso nos aseguramos el sentirnos mejor, porque la culpa siempre será de otro... ¡Qué bien! ¿No?
Y al final, dejan de importarte casi todos los tiempos verbales (hubiese o hubiera, debiera o debido...) Porque al final si no lo consigues no será por no haberlo intentado.
Nuestro problema suele ser la frustración a los intentos fallidos... Muy pocos consiguen en la vida lo que quieren sin haberse esforzado. Que no os mientan, todo el que tiene éxito es por habérselo ganado poquito a poquito.
Recuerdo que antes de un examen le preguntabas a tu compañero de pupitre:
-Oye... ¿tú has estudiado? - Que va- responde sin dudarlo, como si no le importase el resultado.Días más tarde aparecen en el tablón las calificaciones y ves que tu compañero (el que no había estudiado) saca un Notable Alto (que para no haber estudiado, no está mal).
Que no, que no te engañen.... Había estudiado y probablemente mucho.
Hace días veía un reportaje que explicaba dos motivos por los que inconscientemente renunciamos al éxito. Renunciamos a tener éxito por simple "desidia".
Primero, abandonamos demasiado pronto nuestros proyectos, normalmente dejamos de intentarlo cuando está a punto de ocurrir eso que tanto hemos buscado.
Segundo, no tenemos fe en nosotros mismos y no luchamos lo suficiente para lograr nuestros sueños o a veces, es el caso contrario... Nos creemos demasiado buenos como para necesitar esforzarnos.
Creemos en la dualidad, en el "todo o nada" y nos dejamos embaucar por nuestros propios límites y nuestros propios frenos.
Al final, el éxito es una conjunción de tiempos verbales, de tiempos compuestos (compuestos por valores perdidos como el sacrificio, el trabajo y el esfuerzo) y es el resultado de nuestras acciones casi al 80%.
El 20% restante que necesitamos para tener éxito (por analogía con Victor KUPPERS) sería la actitud... Y en ese punto estoy totalmente de acuerdo.
Pero hay un verbo que cambia el resultado obtenido simplemente con que figure en nuestros hechos.
Repito: El verbo "hacer" es la clave del éxito.
A lo largo del día escuchamos la queja continua de personas que están frustradas en su empleo, en su situación personal o con problemas económicos... y yo me pregunto una y otra vez: ¿Qué están haciendo para cambiar todo eso?
¿Y sabéis qué?... La mayoría de la gente no hace nada.
Nos conformamos con lo que tenemos como si no pudiese haber otras maneras de pensar, de vivir, de trabajar... Hay mil maneras de "hacer" las cosas.
Lo que quieras, como quieras...pero hazlo.
Después de 3 años redactando post, no he conseguido mi objetivo de firmar libros en FNAC, pero es cierto que tampoco he "hecho" todo lo posible por alcanzar mi éxito (mi éxito literario, quiero decir).
Porque la verdad, mi mayor éxito hasta la fecha ha sido ser capaz de madurar y comprender que todo lo que me ha pasado, pasado está.
Que tu futuro no depende solamente del pasado, sino de lo que haces día a día con tu presente.
El éxito ni siquiera tiene que ser económico como único medidor social, si bien es cierto que en nuestra sociedad nos acostumbramos a medir a las personas según el dicho "tanto tienes tanto vales".
Cuando tus hijos te dicen "te quiero mamá", cuando consigues mantener a tu lado al amor de tu vida, cuando una amiga te presta su hombro para llorar a cualquier hora y en cualquier situación.... El éxito personal, también es éxito.
El éxito se consigue cuando uno supera los traumas, los fracasos anteriores y se decide a intentarlo.
Sí, no basta con quererlo. Ya hemos dicho que el verbo "hacer" es la clave del éxito.
Y ahora que tú ya me has leído... ¿realmente has puesto el verbo "hacer" en todos tus proyectos? Si la respuesta es no... Entonces ya tienes la respuesta a ¿Porqué no funcionó esto o aquello?.
La acción es el camino seguro hacia el éxito.... Ni más ni menos.