Revista España

El verdadero Orgullo de ser Asturianos

Por Rover @Rover022

A continuación, voy a transcribir el primer artículo que un joven asturiano con mucha conciencia social, amigo de Twitter, David Mayo Pérez, ha escrito con todo su corazón puesto en el intento. Espero les guste y le animen a abrir su propio blog.

En los últimos años han aparecido en el panorama nacional e internacional destacadas figuras, fundamentalmente en el plano deportivo con origen asturiano. Jóvenes como Fernando Alonso, Santi Cazorla, Michu, Melendi, entre otros, los cuales representan en la actualidad, para la juventud, el orgullo de ser asturiano. En cambio, los que ya tienen una edad más avanzada, o los que tenemos fascinación por la historia de nuestro pueblo, vemos como carecen del debido reconocimiento, entre las nuevas generaciones, figuras como Manuel Llaneza, Aida La Fuente, Manuel Alonso “Manolin el de Llorío”, Candido, Moral, etc,  que representan, a mi parecer, el verdadero orgullo de ser asturiano.
El concepto al que yo hago referencia está basado en la cultura, tradiciones y valores de la sociedad astur. En este texto me gustaría ocuparme en concreto de los valores de esa sociedad. La resistencia ante la ocupación militar, política y económica, la solidaridad, la defensa del débil, el compromiso con nuestros semejantes, son unos pocos de los muchos que se puede destacar. A modo de ejemplo citaré varios de ellos, correspondientes a la historia moderna:
25 Mayo 1808. La presión popular obliga a la Junta General a proclamar a Asturies, soberana y a declarar la guerra a Francia. Mientras en el resto de España se luchaba por reinstaurar el poder de un rey absolutista, la sociedad asturiana luchaba por su futuro.
Julio de 1931. Los patronos de Duro Felguera anuncian la intención de despedir a 90 obreros. Los sindicatos proponen el mantenimiento de los puestos de trabajo y que se establezca un turno rotativo entre todos los obreros de la empresa. La dirección se niega. La fábrica es ocupada por los trabajadores y se envía a la Guardia Civil a desalojarla. Cuando la Guardia Civil y el ejército se disponen a entrar en la factoría, se produce un apagón en todas las centrales eléctricas de la comarca. Las sirenas de vapor alertan a la población de lo que sucede. Miles de personas se precipitan sobre la fábrica, desbordan a la Guardia Civil y al ejército y se sitúan a modo de infranqueable muro frente a las tropas. Tras seis días de lucha, se produce un acuerdo entre la dirección y los sindicatos, conservando los 90 despedidos sus puestos de trabajo y pagándose los jornales al resto de los trabajadores.
Revolución de Octubre de 1934. Se proclama de La República Socialista Asturiana, donde se producen experimentos de convivencia, basados en la socialización de la riqueza y abolición de las prácticas de explotación obrera por parte del capitalismo.
Huelgas mineras de 1962. El despido de siete compañeros que reivindican mejoras laborales y salariales desencadena una huelga de meses en las comarcas mineras asturianas y del resto del estado. Se llegan a sumar 27 provincias y constituye el comienzo del movimiento obrero español en plena dictadura franquista. Durante los meses de huelga toda la población de las cuencas asturianas se solidariza con los huelguistas.
Inglaterra 1984. La sociedad asturiana, particularmente la de las cuencas mineras, se solidariza con los mineros ingleses que se declaran en huelga indefinida. El apoyo económico y moral del pueblo asturiano todavía es recordado con cariño en las comarcas mineras inglesas.
Además de todos estos renombrados ejemplos -con repercusión nacional e internacional-, en todos los pueblos de Asturies hubo héroes anónimos, y actos de solidaridad entre miembros de una misma clase: la obrera. En aquellos lugares en los que algunos trabajadores no eran contratados por su condición “política”, sus vecinos y compañeros compartían lo poco que tenían con los represaliados. Las abuelas asturianas resumían estas situaciones con una frase: “Comeremos menos pero comeremos todos”. Sin embargo, desde hace varios años, coincidiendo con la reconversión industrial y la entrada en la CEE, la sociedad asturiana ha cambiado, ha sido domesticada. Asistimos impasibles a cómo destruían su campo (cuotas lácteas y extensión de cultivos), desguazaban su flota de bajura y desmantelaban su sector industrial, motor de progreso y desarrollo.
Actualmente la situación es más grave todavía. Se deterioran las condiciones laborales, se recortan derechos, se sufre una ocupación económica tan terrible como cualquier ocupación militar y el pueblo asturiano, históricamente indomable, se somete sin protestar. El miedo ha calado en la sociedad asturiana y asistimos a situaciones vergonzantes, tales como que obreros que llaman privilegiados a otros obreros (funcionarios, mineros), y vemos como gran parte de la sociedad se pone de perfil ante las injusticias.
Es por todo lo expuesto, por lo que creo que debemos recuperar el orgullo de ser asturianos, por lo que debemos recuperar nuestro carácter indómito, y por lo que no debemos consentir más injusticias.


¡Despierta Asturies, despierta!

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