Aquel traje rosa representa un momento crucial de la historia de Estados Unidos… y del mundo. Ese color en la escena del crimen se convirtió en el símbolo de ese episodio. Ninguna palabra escrita o pronunciada podría resumirlo mejor (Carl Anthony, especialista en primeras damas estadounidenses)
Ella representó a Estados Unidos en el mundo. Fue la más joven de las primeras damas. Su templanza después del asesinato de su marido, John F. Kennedy (que hoy rememora su 50 aniversario), le valió el respeto de medio mundo, y aquel vestido rosa que llevaba el día de la visita a Dallas hoy todavía es una leyenda. Sabía de los escarceos con otras mujeres de su marido (uno de los más famosos con Marilyn Monroe), pero siempre se mantuvo elegante y discreta, al menos de puertas para afuera, donde John y Jackie eran una de las parejas más simbólicas de la historia de su país.
Al igual que las especulaciones, misterios y teorías de la conspiración que hay en torno al asesinato de Kennedy, mucho se ha hablado del vestido rosa de puro estilo francés (pero fabricado en Estados Unidos, para que nadie la tildara de antipatriótica) que Jackie llevaba el día del magnicidio. El modelo de Chanel, guardado bajo llave en los Archivos Nacionales, se conserva todavía sin limpiar, manchado de la sangre del Presidente. Por puro deseo de la propia Jacke de preservar el vestido lejos de manos sensacionalistas, su heredera Caroline Kennedy, firmó un papel en el que cedía los derechos del traje a cambio de que permaneciera oculto a los ojos de cualquiera durante 100 años. El vestido, por tanto, no podrá verse en público antes de 2103 (aunque los archivos sobre la muerte de Kennedy se desclasificarán, según se espera, a partir de 2017).
Jackie llevó el vestido hasta la madrugada del 23 de noviembre, cuando llegó a la Casa Blanca. Voló con él puesto en el Air Force One y no quiso quitárselo hasta que no estuvo en casa. Allí, su asistente se lo entregó a su madre, Janet, que lo mantuvo guardado hasta que lo cedió a los Archivos Nacionales.
Cuentan que fue John quien le pidió expresamente que se pusiera algo sencillo y elegante para aquella visita a Dallas. Y que la Primera Dama, que compraba vestidos franceses en Park Avenue, lo adoraba. Hoy, muchos aseguran que el vestido rosa es un símbolo para Estados Unidos. Porque, pudiendo recordar el modelo que Jackie llevó para el funeral, el que realmente ha pasado a la historia es ése traje. Puede que uno de los secretos mejor guardados de la historia de Estados Unidos.
Hace unos días, las cruces pintadas en el suelo que marcaban, según testigos, los lugares Kennedy fue abatido, desaparecieron. El recuerdo de aquel brillante color rosa el día del asesinato, sin embargo, no parece que vaya a borrarse nunca.
ASÍ LO CONTÓ LA PRENSA
NOTA: Ha llegado el frío de verdad. Os deseo que paséis el finde en un sitio calentito. Nos leemos el lunes, almas cándidas ;)