Esta mañana volví a cruzarme con él. Lleva años deambulando por las calles coruñesas con su particular vía crucis, con su aflicción continuada. Arrastrando mucho silencio y suciedad. Es Julius, el indigente «invisible». Un puto problema que permanece, como permanece la imposibilidad de arreglarlo. En unas semanas volverá el frío, también la Navidad, y cada vez que lo veo pienso y repienso que en esta sociedad tan burrocratizada algo falla espantosamente.
Revista Sociedad
Esta mañana volví a cruzarme con él. Lleva años deambulando por las calles coruñesas con su particular vía crucis, con su aflicción continuada. Arrastrando mucho silencio y suciedad. Es Julius, el indigente «invisible». Un puto problema que permanece, como permanece la imposibilidad de arreglarlo. En unas semanas volverá el frío, también la Navidad, y cada vez que lo veo pienso y repienso que en esta sociedad tan burrocratizada algo falla espantosamente.