Heather Morris es una escritora que logró un gran reconocimiento con su novela “El tatuador de Auschwitz”, libro que no he llegado a leer nunca aunque siempre me ha llamado mucho la atención por su temática y las buenas críticas que ha recibido. Por eso aproveché la oportunidad que el programa Masa Crítica de Babelio me brindó para solicitar un ejemplar de su nueva novela “El viaje de Cilka” de ambientación similar y que incluso recupera personajes y pasajes de esta aclamada historia, aunque tiene una trama totalmente nueva e independiente.
“El viaje de Cilka” está basado en una historia real y recrea la vida de Cilka Klein, una mujer que el tatuador con el que Heather Morris se documentó e inspiró para escribir “El tatuador de Auschwitz” conoció mientras estuvo recluido en su juventud. La valentía, el buen corazón y las ganas de vivir a toda costa de esta chica, dejaron una huella profundísima en este tatuador y la autora tampoco pudo resistirse a investigar más sobre esta joven judía que, con tan sólo 16 años de edad, estuvo prisionera en Auschwitz. Para sobrevivir, Cilka se vio obligada a ejercer como concubina de unos de los comandantes del campo de concentración y, cuando Alemania fue vencida, fue acusada por los soviéticos de “colaborar” con el enemigo y enviada a Vorkuta, el gulag de Siberia, con una condena de 15 años a trabajos forzados. “El viaje de Cilka” comienza con la joven siendo informada de su nueva situación y transportada en condiciones inhumanas junto con otras mujeres al gulag, un terrorífico lugar en el que el frío es insoportable, el trabajo agotador y la miseria, el hambre y las enfermedades están a la orden del día. Pero Cilka es una guerrera nata y por su condición bondadosa y entregada pronto consigue el respeto y la amistad de sus compañeras de reclusión, logrando incluso entrar a trabajar en la enfermería donde aprende a amar este oficio a pesar de la dureza de su día a día. Y es que Cilka se propuso sobrevivir, aferrarse a la vida y valorar lo poco bueno que ésta pudo darle, aunque todo estuviese en su contra, a pesar de tener que enfrentarse a una maldición que se repetía una y otra vez: la de perder a todos los seres que amaba.
Esta novela es muy, muy dura, ya que recrea las condiciones reales a las que sometieron a las personas encerradas en gulags durante años. Resulta desalentador que una persona como Cilka lograse escapar de la muerte en Auschwitz para verse atrapada en un lugar muy similar durante tantos años de su juventud, señalada por colaborar con los nazis cuando únicamente sufrió violaciones y humillaciones. Aunque esta novela se está vendiendo un poco con la idea de que el amor salvó a la protagonista, si bien es cierto que la joven se enamora en un momento dado en el libro y este hecho le insufla nuevas esperanzas, para nada es determinante en el devenir de Cilka a lo largo de las páginas de este libro. “El viaje de Cilka” marca al lector, quien nunca puede estar preparado para conocer más sobre los horrores e injusticias que esconde la historia y la mísera condición humana capaz de aplicar sobre sus semejantes tales vejaciones. Pero también es una historia de luz en medio de la más absoluta oscuridad, de valor y de la otra cara del ser humano, capaz de dar lo que no tiene por ayudar a las personas que quiere.
Si te gusta la novela con tintes históricos, “El viaje de Cilka” es una lectura que no te puedes perder y que te recomiendo encarecidamente. Y es que, al leer y vivir mil vidas, a veces nos toca experimentar la vida de quienes conocieron los peores horrores. Sólo nos queda aprender, no olvidar y no volver a repetir jamás las páginas más negras de nuestra historia.