Revista Libros
Escritor: Naguib Mahfuz
Empiezo la entrada con este párrafo, y sólamente porque no quiero olvidarlo. Me encanta la prosa elegante, inteligente y tan poética de este escritor:
“Te seducen sombras tan fascinantes como las fantasías del mago: la madre, el maestro, la amada y el ujier; sombras que no resisten los vientos del tiempo, pero cuyos nombres quedan preñados de eternidad”
El viaje del hijo de Fátuma, es el manuscrito del viaje que Quindil de “tierras del Islam”, como si de un Ibn Batuta, Ibn Yubayr o Abu Hamid se tratara , realiza con la única finalidad de alcanzar sabiduría, de aprender de otros lugares, y llevar un remedio a su “enfermo país”. Así, de forma simbólica, el objetivo del viaje es alcanzar las tierras de Gabal, que representan lo perfecto, la sabiduría, y el objetivo de la plenitud en el ser humano.
En esa búsqueda, que dura toda su vida, recorre los cinco territorios de este mundo imaginario, cada uno de los cuales representa una forma de organizar la sociedad, una religión o creencia, que nos sonarán bastante, pues viajaremos desde las formas más primitivas a las más sofisticadas, como el sistema capitalista y socialista, los dos territorios que finalmente serán los más fuertes. En cada uno de estos cinco territorios el escritor nos lleva a conversar con el sabio del lugar.
El libro encierra muchas ideas, como la única y verdadera motivación que hay en cualquier guerra; la doble moral que existe en cualquier sistema, que el verdadero viaje siempre es el viaje interior … y muchas más.
Hay una cosa que este escritor refleja, entre las muchas que hay en el libro, que especialmente me gusta, y es en esa lucha que caracteriza al ser humano para llegar a ese “sueño” de idea, da igual cuál sea, y en el que siempre, desgraciadamente, ha dejado tras de sí, un buen reguero de sangre, dice él: “¿Qué pretende el ser humano? ¿Es un único sueño o son tantos sueños como tierras o países?” …
Me encanta este escritor filósofo y pensador, es de los pocos que me gusta releer, y esta vez me despido con algo que él dijo de sí mismo “Puedo revestir mi trabajo con dimensiones abstractas, pero sólo para acceder al corazón de la realidad”
¿De verdad se encontrará la perfección en tierras de Gabal? Esto lo dejo como cebo.