El vicario general de
la diócesis de Menorca, D. Gerard Villalonga, emitió ayer una nota informativa
en la que afirma que «la actual pertenencia a la Iglesia Católica y a la
masonería son incompatibles». La nota da respuesta «a varias consultas
recibidas en la Curia Diocesana» tras el reportaje sobre la masonería publicado
por un periódico local.
Así, por un lado se recuerda
un dictamen de la Conferencia Episcopal Alemana de 1980 que dice lo
siguiente: «Puede decirse que en la masonería han tenido lugar cambios en el
sentido de una mayor apertura hacia los demás grupos sociales, pero en su
mentalidad, en sus convicciones fundamentales y en sus trabajos en las logias,
ha permanecido absolutamente idéntica. Las objeciones que se han estudiado
comprometen las bases de la existencia cristiana».
El vicario general recuerda
también dos declaraciones sobre el mismo tema del Papa Juan Pablo II en 1983 y
del entonces cardenal y después Papa, Joseph Ratzinger en 1985, en los que
recuerdan que «subsiste inmutable la sentencia negativa de la Iglesia sobre las
asociaciones masónicas, porque los principios de ellas siempre se han
considerado inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por tanto la
inscripción en ellas permanece prohibida por la Iglesia».
El vicario general de la Diócesis menorquina prosigue su
nota apuntando que «a pesar de la diversidad que puede existir entre todas las
obediencias masónicas, en particular acerca de su actitud declarada sobre la
Iglesia, se encuentran en todas ellas varios principios comunes que requieren
idéntica valoración».
Ante todas estas referencias, Gerard Villalonga concluye que
«las autoridades eclesiásticas locales no pueden pronunciarse sobre la
naturaleza de las asociaciones masónicas con un juicio que implique una
derogación de lo que ha sido establecido».
Fuente: InfoCatólica