Por más que lo parezca, lo que sigue no es una nota de pornofarándula. Se trata de una prosa sobre gente sin escrúpulos, que ha dado un largo recorrido en la búsqueda de la fama y el dinero, y que hoy tienen su empresa en lo más recalcitrante del oposicionismo venezolano en Miami: María Conchita Alonso y Orlando Urdaneta.
Casi al mediodía de este lunes 11 de mayo, irrumpe en varios sitios web el "hallazgo" de una película porno (o softporno, una variedad menos explícita que el porno XXX) "perdida" en rollos que nunca fueron publicados, en las que aparecen una flamante María Conchita Alonso y un Orlando Urdaneta no tan golpeado por los años. Sí. Sin duda son ellos, no es un montaje. Hablamos, quizás, de los rollos inéditos de un film soft-core italiano llamado Savana, sesso e diamanti del año 1978, que han sido digitalizados y subidos a internet para su irremediable inmortalización. Entre cielo y Google no hay nada oculto.
Pero por más que lo parezca, lo escatológico de este asunto no se reduce a escenas porno con mala iluminación, pésima producción, las nalgas de Orlando Urdaneta y la frondosa y muy barbuda totona de María Conchita, en una película con voces italianas montadas sobre las voces originales. No. Tampoco son tan escatológicos los muebles de mimbre y esa casa (seguramente en La Guaira) con pinta de ser prestada o alquilada, donde se filmó esa película de bajo presupuesto. No. Esa película es en esencia un relato de lo escabroso detrás de la fama y el dinero, detrás de lo libidinoso y lo degradante, más allá de esta película en sí misma. Se trata de lo que fueron, lo que son y lo que serán María Conchita Alonso y Orlando Urdaneta.
Como vemos, María Conchita y Orlando, quienes ansiaban fama y dinero por aquellos años setenta filmando pornos de bajo presupuesto, lo consiguieron. Ambos se alzaron en lo más alto de la fama criolla en la Venezuela de los '80. Venerados por la "Generación Halley", María Conchita hasta llegó a hacer desnudos en películas de Hollywood, y Orlando Urdaneta llegó a interpretar por Venevisión una miniserie llamada "Angelito", donde él era un alma en pena que tenía que cumplir la penitencia de ayudar a personas necesitadas y en desgracia, para así conseguir sus alitas y entrar por la puerta grande de San Pedro. Bien angelito que resultó ser el grandísimo coñoesumadre.
Orlando Urdaneta tiene también una historia bastante degradante como actor de la derecha
Pero la fama y el dinero quedaron atrás para este par. A mediados de los '90, cuando menguaba la popularidad, ocurría el ocaso de sus destacadas y poco escrupulosas carreras en el show bussiness. Llegado el año 2000, y Chávez con él, ambos pasaron al oposicionismo, y no cualquier oposicionismo, sino al más odioso, recalcitrante y mayamero, símbolo de una Venezuela pasada, degradada, despolitizada, anulada y discapacitada para pensar. María Conchita y Orlando salieron al ruedo político, pues se forjaron durante años como voz y rostro nuestros. Son vestigios de los tiempos pasados, pero a la vez son tiempo presente, éste en el que figuras enlatadas de la TV de los '80 y '90 comenzaron a reclamar su "país perdido".
No por casualidad, El Puma José Luis Rodríguez, Lila Morillo, Guillermo Dávila y hasta un olvidado ex galán de telenovelas como Eduardo Serrano, son furibundos escuálidos, opinadores del oposicionismo. No por casualidad, Miguel Ángel Landa publicó una miserable carta donde afirmaba que "su país", ese donde él era famoso, se fue al carajo y que lo acabaron los chavistas. Apoltronados en Miami y a expensas de una agotada fama, María Conchita Alonso y Orlando Urdaneta tienen puestos los pies en el activismo golpista opositor. Anticomunistas, antichavistas y declarados fascistas, ya las razones de su "fama" no se deben a algo "artístico" que hagan en la TV o en el cine, sino en su rol en la política.
María Conchita es hermana de Robert Alonso, promotor de las guarimbas violentas en Venezuela a través de redes sociales, prófugo de la justicia por su implicación en el campamento de la finca Daktari, en la cual refugiaba a grupos paramilitares que planeaban asesinar al Presidente Chávez en el año 2004. De origen cubano, de la gusanera cubana, declaró en 2014 a través de una entrevista al medio La Voz de América, sus deseos profundos de que Venezuela sea invadida a punta de balas por el país del norte. "Yo quisiera que Estados Unidos invadiera con balas para sacar a todos esos desgraciados comunistas de Venezuela, ya que los cubanos invadieron sin balas, ya que le regalaron a Venezuela", fueron sus palabras.
Frecuentemente entrevistada en medios y programas amarillistas de la derecha mayamera, María Conchita suele convocar a la guarimba, a la ruptura del orden constitucional, a la guerra generalizada y a la ocupación yanki en Venezuela. Ha solicitado a Barack Obama, en nombre de todos los venezolanos, actuaciones para derrocar al Gobierno Bolivariano al declararlo "antidemocrático, dictatorial y comunista". En una oportunidad colaboró en el financiamiento y participó en una concentración de venezolanos que viajaron desde Florida a Washington, y que se concentraron frente a La Casa Blanca para pedir sanciones contra Venezuela y nuestro Gobierno.
Ferviente defensora de la tesis de que los cubanos tienen ocupada a Venezuela, María Conchita es una de las voces más "sobresalientes" de esa diáspora venezolana que durante décadas no ha vivido en nuestro suelo, pero que aún así se asumen como voz nuestra en el extranjero, mientras intentan cambiar los destinos de los que vivimos aquí.
Orlando Urdaneta tiene también una historia bastante degradante como actor de la derecha. En el año 2002 desde la Comandancia General del Ejército, Urdaneta asesoraba a la plana militar golpista en el manejo mediático y el tema de las comunicaciones durante el golpe. Las anécdotas de aquellos días del Carmonazo y de un Miraflores plagado de empresarios, mayameros, oligarcas y curas de alto rango, cuentan que Orlando Urdaneta, mofándose del palacio presidencial y jugando al reyezuelo, estuvo afeitándose en el Salón de los Espejos. Fue uno de los primeros en firmar el decreto de Carmona, articuló toda la estrategia mediática con Marcel Granier y Alberto Federico Ravell durante el 12 de abril. También fue uno de los primeros en fugarse de Miraflores al saberse que podría venirles encima una arremetida militar para recuperar el palacio.
Prófugo de la justicia venezolana, desde EEUU literalmente ordenó la muerte del Comandante Chávez, indicando que para ello sólo haría falta un fusil de mira telescópica del tipo que usan los francotiradores, en el año 2004. Relajado en Miami, lejos del "rrrrrégimen dictatorial y comunista" en Venezuela, Orlando asume una vida de bajo perfil, al fin decide tener un novio a la luz pública, pues semejantes preferencias abiertas no eran muy toleradas por la camada burguesa criolla, de militares golpistas y adecos con barraganas.
Pero Orlando vuelve a sus andanzas, se une a Eligio Cedeño, banquero malandro prófugo de la justicia venezolana quien pisa suelo estadounidense forrado de dólares desfalcados y declarándose "perseguido político del rrrrégimen". Ambos dan creación al monstruo llamado DolarToday, del cual Orlando Urdaneta es hoy su editor en jefe. Activista digital de las guarimbas, actor de la guerra mediática, mentiroso profesional e irrecuperablemente inescrupuloso, Orlando Urdaneta tiene un rol destacado en la guerra económica, pues hoy se erige como el fijador del precio del dólar en el mercado paralelo.
María Conchita es una de las voces más "sobresalientes" de esa diáspora venezolana
Urdaneta, quien se coloca a sí mismo como un símbolo de "veracidad económica" destapando el "verdadero precio del dólar y la magnitud real de la devaluación venezolana", ha recibido ataques hasta de verdaderos capitalistas venezolanos dependientes de la renta. Bastante célebre fue el ataque que le propinó Carlos Dorado, presidente de Italcambio, una casa de bolsa venezolana. "¡Me horroriza el daño que le está haciendo DolarToday a nuestro país! Al presentar una tasa irreal del dólar, que no está basada en la oferta y en la demanda, y la cual sólo responde a intereses particulares", señaló Dorado en un breve artículo publicado en el diario El Universal en marzo pasado. Señalaba Dorado, desmontando la falacia pseudoeconómica de DolarToday: "Desafortunadamente (dicho portal) se posicionó como marcador de la tasa cambiaria, a pesar de llegar al descaro de subirla 60 bolívares en un viernes, y bajarla 30 bolívares un sábado, donde ni siquiera hay actividad cambiaria".
Un video semiporno filmado por dos jóvenes que por los años setenta ansiaban, sin escrúpulos, alcanzar la fama y la fortuna, termina siendo una treta infantil, una travesura, comparada con la degradación, el cinismo y el desenfreno facho de una gente consumida por el odio. Lo que para los gringos son artistas y famosos de tiempos pasados que terminan en la ruina, en la cárcel, el crack y desastrosas cirugías plásticas, para los venezolanos son artistas y famosos de tiempos pasados que terminan con los mismos problemas que los ex famosos gringos, pero metidos al escualidismo; golpistas, traidores a la patria, fascistas y saboteadores de la economía venezolana. Muchos de ellos intentando rankearse o ganarse una segunda oportunidad, apareciendo en medios con frases altisonantes contra el chavismo.
En el afamado video porno aparece María Conchita follando con Orlando y luego violada por unos "zombies caribeños" vestidos con túnicas, que la amarran y la sodomizan. Esa escena no será tan degradante como la de María Conchita, desnuda en la barra de un bar con nuestro tricolor, enviando un tuit de #SOSVenezuela en plena época de las guarimbas. Orlando, quien en la porno hace la de semental criollo, espera acostado en una silla de mimbre a María Conchita a orillas de una piscina antes de llevársela pa'l cuarto. No se verá tan ridículo en esa escena, a como cuando hacía un show por Globomojón llamado "Aló Orlando", donde se dedicaba a hablar vainas de Chávez, o en cualquiera de sus intervenciones en el programa de Jaime Bayly diciendo cualquier disparate propio de un cocainómano desaforado.
La mesa está servida. Quien quiera, puede buscar el pote de cotufas y degustar de 15 minutos de escenas porno de alcantarilla, seleccionadas minuciosamente, interpretadas por asqueantes personajes venezolanos radicados en Miami cuando estaban en sus años mozos. Pero eso no es nada, a lo mucho que hemos visto de la antipolítica escuálida venezolana y mayamera, donde muchos, por ganarse unos dólares y recuperar ciertas cuotas de poder, son capaces de los más inéditos actos de degradación. ¡El show debe continuar!