Conejos para mi placard.
Por el blog En minúscula, del argentino Ezequel Martínez, me entero que hay ahora un videojuego de Cortázar. O más bien, de uno de sus personajes. Se trata del cuento Conejos para mi placard. Uno de mis pasatiempos (aunque lo he dejado de lado hace ya algunos meses por cuestiones de tiempo) son los videojuegos. NFS y GTA IV son espectaculares. Así lo comenta Ezequiel:
Los cuentos de Julio Cortázar están abrochados a mi adolescencia por varias razones. Una de ellas tiene que ver con el recuerdo de algunas vacaciones en Caracas, donde mi padre vivió su exilio durante la última dictadura militar argentina. Solíamos pasar los veranos allí junto con mis hermanos menores, y mi obsesión cortazariana me llevaba a leerles algunos de sus cuentos a la hora de dormir.
Hay dos que -ahora tomo conciencia-, les deben haber casuado algún tipo de trauma infantil. Me refiero a No se culpe a nadie (Final del juego, 1956), en el que el protagonista intenta atravesar un pulóver en el que se le niegan el cuello y las mangas, hasta que su impaciencia se transforma en angustia y doce pisos. El otro es Carta a una señorita de París (Bestiario, 1951), porque torpemente imaginé que el asunto de los conejitos podía llegar a distraerlos.
Treinta años atrás no existían los videojuegos online. Hubiese sido una forma más benigna de asomarse a la invasión de conejos. Pero hoy sí existen y todo este preámbulo nostálgico es una excusa para contar que ya está en Internet el primer videojuego corto inspirado en Carta a una señorita de París.
En Rabbits for my Closet (Conejos para mi placard) de Purple Tree Studio, el jugador toma el rol del anónimo protagonista del cuento y su tarea consiste en guiar a los erráticos conejos hacia el placard, empujándolos y bloqueándoles el camino con los distintos muebles de la habitación, antes de que se acabe el tiempo.
Al ir avanzando en cada nivel, se intercalan frases y fragmentos del texto original de Cortázar. Se puede jugar aquí.