Un viejo proverbio chino expresa que "el maestro aparece cuando el alumno está listo". Pero en realidad, en la mayoría de los casos, el maestro nunca llega. No es una novedad que el talento se desaproveche, claro que habría que definir que el talento no siempre es una expectativa social, puesto que representa, en cierto modo, un desafío al pensamiento social en sí mismo. No obstante, como se dice, perdemos "las mejores", y también "los mejores", que van siendo devorados por el rotar del distino, poniéndonos melodramático. Sólo los más sumisos de los talentos se abren paso sobre la turba de seguidores que sustentan un sistema social en pos de recompensa o interés social. Todo lo nuevo no es malo, es un reto. Pero, todo pensamiento nuevo que vaya en contra de los pilares sobre el que se forja el sistema social, sí lo es. Lo prudente es no decidirse hasta que uno esté acorralado. Ya sé que parece algo de cobardes, pero la supervivencia y el logro del bienestar personal no tienen ningún inconveniente en ello. El Quijote ya nos dejó clara la lección. Siempre será un loco erasmista, o al menos, pseudoerasmista. La vuelta a la Naturaleza y todo eso. Mirando en el tiempo, la lección casi está aprendida en un noventa por ciento de la Sociedad. La Occidental, of courses. Las otras, tendrán otros "Quijotes" que les habrá enseñado a no pisar donde hay tierra movediza. El mejor maestro está entre las líneas de los grandes libros; famosos o no tanto, ocultos o denostados, olvidados o descatalogados. Como era aquello, ah, sí: "Si lees lo mismo que los demás, terminarás creyendo lo mismo que los demás, y sin duda, pensarás como los demás", y el talento no se nutre de esta máxima. Moraleja: Si eres un alumno listo, no espere a tu maestro. Aprende como puedas. El "Maestro" no existe.