Revista Opinión

El viejo Tomas

Publicado el 26 noviembre 2019 por Carlosgu82

Seguramente en estos momentos el viejo Tomas estará burlándose de mí frente a su chimenea, porque al fin logró quemar las cartas que mi abuelo le dejó a mi padre y que mi padre me heredó a mí. Pero ¿qué importancia tenían esas cartas? Si todas ellas estaban en blanco. Sólo el sobre con distinto timbre las distinguía una de la otra. ¡Rayos!, de verdad ese ladrón de Tomas estará pies arriba con la boca a todo lo que da escupiendo carcajada tras carcajada. Oh, y yo mientras tanto, al mirar el techo casi me ahogo comiendo estos pastelillos con mermelada de fresa. No sé, tal vez sea que me alegro de que Tomas me haya hecho esto, así no tendré que heredarle a alguien más esos papeles sin nada dentro, pero ¿a quién se las heredaría? si no conozco a nadie, no tengo familiares vivos o un amigo con quien platicar y creo que tampoco tengo enemigos. Espero que ese tonto de Tomas en serio disfrute el haberme arrebatado un tesoro familiar.

Apuesto que ahora mismo la lumbre que calcinó a mis preciadas cartas estará produciendo un humo tan molesto para la salud del viejo Tomas. Es como si él mismo hubiera planeado su propia muerte o al menos no se dio cuenta de que sus acciones lo están llevando a eso. No, no, aunque daré una pausa para moverme de lugar porque en este espacio siento que me estoy asfixiando.

Ahora ya estoy mejor. En esta linda terraza el aire es fresco aunque un poco brusco al mover mis cabellos blancos, pero al parecer se combinaron con pigmentos negros que ahora que los trato de sostener se deshacen en mi mano y terminan por manchar mi palma. Me limpiaré, en un instante estaré  como nuevo. ¡Por fin!  Estoy listo para fumarme un cigarro y olvidarme de la incómoda situación que ese anciano me hizo pasar. Pero ¿dónde habré dejado mi encendedor? ¡No puede ser!, de seguro el viejo Tomas también me lo habrá robado para cometer su fechoría.


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