El prado de Proserpina
Tengo las manos atadas, no puedo volar...
lo intento y lo intentomas no consigo soñar; y es que mis alas trabadas
las anudó el viento,
bandido viejo que borda
caminos nuevos
al pasar...
Agnieszka Lorek
Y un velo negro color noche cerrada, dice adiós al día y me envuelve solícito en la penumbra del que ya no pretende nada; de quien ni aún desea levantar sus ojos del suelo...
No sé vivir,
ya no sé vivir sin la mirada ilusionada de tus pupilas
No sé reinar,
no sé llorar...
porque olvido que te tengo que olvidar
y perdura en mi pensamiento atascada
aquella lágrima que de tus ojos raptó el viento
al pasar.