Para entender bien el movimiento secesionista catalán hay que prestar atención al aspecto económico. Su presidente cobra el doble que el de España y hay 240 cargos públicos que también lo superan.
No en vano tienen fama de sentir mucho apego por el dinero y convirtieron en lema aquello de “la pela es la pela”. Entre lo que roban y los sueldos que se ponen mantienen bien motivada a la “nomenclatura” que sostiene esta
quimera.
Ahora se encuentran con el chollo de un gobierno que depende de sus votos en el Congreso y se deja chantajear creando agravios comparativos.
Lo que se entiende menos es que miles de desharrapados, campesinos, funcionarios y obreros mal pagados los secunden en su loca aventura.
Así se escribe la Historia.