Revista Cultura y Ocio
Editorial: El alephNº de paginas: 244Autor: Steven Galloway (1975 Vancouver, Canada) En pleno conflicto bélico en Sarajevo, veintidós personas hacen cola para comprar pan. Un obús acabará con sus vidas. Esta escena sangrienta es observada por un violoncelista desde la ventana de su apartamento. A partir de ese instante, durante veintidós días, a esa misma hora, se sienta en el cráter creado por el obús, y toca el adagio de Albinonihomenajeando a cada una de las víctimas.Así comienza este libro, haciéndonos pensar que el músico, será el protagonista principal. El violoncelista es la excusa, es el punto de unión para presentarnos tres personajes principales, elegidos al azar entre los miles de afectadospor el conflicto. Los tres confluyen por razones diferentes en el punto donde toca el músico.Kenan , se dirige atemorizado, a buscar agua para su familia. Caminatas que repitecada pocos días y en las que ve morir a gente a goteo. Dragan trabaja en una panadería y trafica con comida para conseguir protección; teme atravesar un puente acosado por las balas. Flecha es una francotiradora que protege al violoncelista de otros francotiradores mientras dura su homenaje.La novela,es protagonizada por estas tres personas, pero podía habernos hablado de otras muchas. Todas con un factor común, ser gente normal, con un pasado tranquilo, que se ven inmersas en una guerra que les niega cualquier posibilidad de futuro.Acompañamos a los personajes por una ciudad donde la muerte es el día a día y no puedes evitar sentir una cierta claustrofobia porque no hay escapatoria posible, ni espacial, ni temporal, los días se repiten, volvemos cada día a la misma barbarie. El violonchelista de Sarajevo es una novela que merece la pena, sobre todo, por la capacidad del autor para individualizar el drama. A veces cuando la desgracias afectan a una muchedumbre, perdemos la perspectiva, la dimensión. Pero detrás del conflicto bélico, existen miles de personas con su drama individual, con nombres y apellidos, que han perdido trabajo, casa, hijos,…que lo han perdido todo. El autor consigue que le pongamos rostro al drama de la guerra, que empaticemos con el sufrimiento de estas personas, y nos sintamos igual de perdidos, frustrados y desesperanzados que ellos.Me ha gustado especialmente el tono elegido por el autor para adentrarnos en una guerra, sin hacer de esta una novela de acción bélica, donde saltamos de bomba en bomba. Es una novela de sentimientos, de reflexión.Me ha gustado el esquema del libro. Se estructura en capítulos con el nombre de los protagonistas donde describe escenas en la vida de estos.Me ha gustado (mucho), el acento poético que la historia del violoncelista le da a la narración, creando una banda sonora, un espacio para que el sentimiento fluya en medio del drama. Pues eso, que me ha gustado, que lo recomiendo, y agradezco desde aquí a blogs como el de Ana B. las recomendaciones que me han acercado a esta lectura.