Dolor y miedo. No se me ocurren mejores palabras para definir lo que imagino deben sentir los habitantes de la isla de La Palma ante la cólera con que el volcán está arrasando sus propiedades y sus medios de vida.
![EL volcán EL volcán](https://m1.paperblog.com/i/676/6766399/el-volcan-L-AMlPJk.jpeg)
Aunque desde un lugar seguro como el que escribo es difícil imaginarse ahí, es fácil empatizar con quien está sufriendo semejante desventura. Por eso entiendo la explosión de solidaridad que a lo largo de todo el Estado se está produciendo.
Galas solidarias, actos benéficos, donaciones… iniciativas de entidades públicas, privadas o particulares, todas destinadas a recaudar fondos para que los afectados puedan hacer frente a las necesidades de subsistencia, alojamiento, medios de vida...
Diversos Ayuntamientos de la zona, el Cabildo insular, incluso Cruz Roja, han habilitado números de cuenta y bizum para vehiculizar esta expresión solidaria.
No juzgo estas iniciativas, ni mucho menos en momentos de tanto dolor e incertidumbre, pero sí me surgen algunas preguntas:
- En un Estado Social y de Derecho ¿es la solidaridad ciudadana la que debe garantizar la atención a las necesidades de los afectados por una desgracia como esta?
- ¿Carece el Estado de la capacidad o los medios necesarios para proteger a los afectados y por ello son necesarias estas ayudas solidarias?
- ¿Son complementarias estas ayudas solidarias y las ayudas públicas? ¿Cómo se articula esta complementariedad?
- ¿Estado o Sociedad Civil?. ¿Impuestos o donaciones? ¿Cómo se entiende la protección social ante una desgracia como la que nos ocupa?