Los días transcurren de forma pausada. En la tele y en la radio, las noticias del país (la guerrilla, los indígenas). Siempre música sensual sobre ese cielo gris, la arena y el mar. Defensa de la tierra contra aquéllos que dejaron esas aguas sin pesca, y que ahora planean la construcción de un hotel.
Algunas escenas brillantes, tanto por su hermosa fotografía, como por lo que nos muestran: partido de futbol, rostros de felicidad y una botella que va pasando de mano en mano; las muecas de Daniel que hacen reír a la niña; carrera al compás de las olas y gritos al viento; en la selva escuchando los cantos de un pájaro.
“Quise mezclar la realidad con el sueño y la poesía, dejar oir los sonidos de la naturaleza, y mostrar la parte por el todo: ese pueblo es Colombia, una parte de lo que esta ocurriendo en Colombia, que vive una situación muy compleja,”(Oscar Ruiz Navia).