El vuelo me pareció una muy buena película que, con un final distinto, podría haber sido genial (y aún más polémica). La peli se alza sobre dos grandes pilares: su protagonista, un espléndido Denzel Washington, y el debate interior al que lo enfrenta el director. Todo lo que sale de esa relación (y aquí incluyo el excepcional accidente que da lugar a todo) me interesa. Ése es el gran acierto de esta cinta, conseguir que te importe su protagonista y su circunstancia. Lástima que no pase lo mismo con todo lo que orbita a su alrededor, en especial con una yonki prescindible. Eso y un desenlace mejorable son las dos únicas pegas de una película de dos horas y veinte que se devora sin ningún esfuerzo gracias al talento del señor que hay tras la cámara.
Lo mejor: el dilema moral que propone Zemeckis. Y el vuelo inicial.
Lo peor: que ese final se ve venir de lejos.