Una de las películas que mas esperaba este año, aunque en realidad se estreno el año pasado en EUA, era el nuevo trabajo del director Robert Zemeckis, uno de los pupilos mas talentosos de Spielberg y en cual nos había entregado cintas tan memorables como Volver al Futuro, ¿Quién engaño a Roger Rabbit?, Contacto y Naufrago; esta última significo el alejamiento de Zemeckis de las películas “live-action” y se dedico a la animación con trabajos mediados y otros muy inferiores al talento de este hombre. El vuelo significaba el retorno de Zemeckis al cine que el conoce y de paso serviría para que se alejase de proyectos infantiles sin ninguna trascendencia.
El vuelo sigue la trágica historia de William “Whip” Whitaker, experimentado piloto, que luego de un desafortunado accidente aéreo se planteara la disyuntiva si su adicción al alcohol y a las drogas influyo en aquella catástrofe. A la par seguiremos, durante los primeros minutos, la historia paralela de Nicole, interpretada acertadamente por la hermosa Kelly Reilly, una adicta a las drogas que pone en serio peligro su vida y la de quienes los rodean. Apenas trascurre poco menos de la mitad de la película y la vida de ambos personajes se cruzaran para suponer un nuevo destino ya sea fortuito o trágico, dependiendo de las acciones y decisiones de cada individuo.
Zemeckis nos plantea un libreto muy bien trabajado y sumamente inteligente en el que evita caer en el cliché barato de asumir responsabilidades por errores humanos; muy por el contrario nos presenta, en una estupenda secuencia que toma lugar en las escaleras de un hospital, la trama principal de la película entera con una premisa muy interesante: ¿Y si no somos responsables de las cosas que nos sucedan pero al mismo tiempo es una prueba para intentar reivindicarse?. Zemeckis aborda el tema de Dios y la fe de una manera correcta pues el ser humano busca siempre refugiarse en algo más allá de su comprensión para así poder sentirse seguro y libre de culpas. El personaje principal, en la piel del formidable Denzel Washington, es un hombre derrotado por la vida y amparado en el alcoholismo que de alguna forma le hace sentir seguro.
El accidente, muy bien filmado, trascurre en los primeros treinta minutos, lo que le sigue son las consecuencias de tan lamentable incidente. Por un lado la búsqueda de los responsables, humanos, del accidente y por el otro lado el camino espinoso y sangriento hacia el mundo del alcohol y las drogas por parte de Whip. Washington nos brinda una de sus mejores actuaciones en años y vuelve a demostrar porque esta considerado uno de los mejores actores no solo de su generación sino de la historia del cine. Todo el peso de la película recae en sus hombros y hace que incluso lleguemos a sentir simpatía por un monstruo que sufre de sus propios derrotas como búsqueda de redención y purificación hacia ese accidente que causo la muerte de seis personas.
El guión es muy inteligente y la dirección de Zemeckis es acertada al poder ponerle igual numero de virtudes y defectos al personaje principal, el cual, debo decir, se ajusta muy bien a sus acciones y su comportamiento propio de un antihéroe queda mas que justificado. El se ve así mismo como un jodido héroe que salvo la vida de 96 personas y se jacta de recordárselo a todo mundo una y otra vez. “Nadie hubiese podido aterrizar ese avión como yo lo hice”, se jacta de repetir constantemente Whip al sentirse amenazado por las manos que lo señalan como el responsable del accidente. Y tiene mas valor si tenemos en cuenta su problema de alcoholismo, pues el propio Whip muy lejos de sentirse culpable al beber, le da mas mérito. Es tal su adicción que no solo pondrá en problemas su relación con Nicole sino también con su propia familia y amigos. Whip es un hombre enfermo, viejo, derrumbándose pero que puede presumir ser un héroe para bien o para mal.
El vuelo es un estupendo ejercicio fílmico que en ningún momento decae gracias a un descomunal Denzel Washington, nominado justamente al Oscar como mejor actor, y a un reparto muy atinado que luce con luz y vida propia gracias a sus interacciones con Washington. Un viaje de redención y superación personal de un hombre que lo perdió todo debido a sus debilidades y defectos pero que la vida le ha dado una oportunidad más para intentar ser una mejor persona. Una de las películas que debes ver este año.
★★★★☆