Generalmente tengo poco tiempo para ver la televisión, mucho menos para ir al cine. Pero hace unos días Él decidió regalarnos un rato lejos de los cuadernos y exámenes de los alumnos, regado con una fuente de palomitas y refrescos de burbujas. Hacía tanto tiempo que no íbamos al cine que la planta de las salas de proyección estaba en obras y la taquilla trasladada momentáneamente en el subsuelo.
Y anoche, vencida por los trabajos de mis alumnos de 1º, me escondía en mi manta de cuadros, mientras paseaba por las imágenes de una de las películas que más me ha hecho pensar últimamente:
...Deseando, en el fondo, algo como esto a unas cuántas personas más o menos cercanas:
Las entradas del cine se han quedado prensadas por un imán en la puerta de la nevera. Hasta la próxima vez.