Revista Cultura y Ocio

El Yugo “Toledano” en la provincia eclesiástica de Toledo (y III)

Por Pablet

Restauración y protección

Restaurar es devolver un objeto a un estado o estimación que antes tenía; por tanto, el primer paso para poder restaurar es conocer la situación previa que se pretende recuperar. Aquellas intervenciones que no se plantean esta meta no pueden ser llamadas restauraciones sino reparaciones (aunque en ocasiones podría hablarse de destrucciones, más que de reparaciones).

El yugo no es un objeto accesorio o secundario, al contrario, es un elemento imprescindible para la operatividad de la campana. Por tanto, empleando las palabras de Llop i Bayo, la restauración de campanas se debe basar "en un concepto amplio del patrimonio: la campana por sí sola no es nada, ya que, como sabemos, sus accesorios modifican el sonido, el timbre y la potencia de su voz.


Y precisamente aquellos accesorios hechos de madera y a veces de piedra, y con los herrajes de hierro forjado, forman parte íntima del bronce: la campana y el yugo deben ser considerados una misma cosa ya que al modificar el segundo, el primero pierde voz y belleza" (8).
Debemos entender el campanario, (con sus instalaciones tradicionales, la altura de las campanas, los yugos y el propio bronce) como un gran instrumento musical. Por tanto, la restauración de yugos se inserta dentro de un plan de restauración cuyo objetivo es la recuperación de la sonoridad tradicional de todo el conjunto.
Este plan comprendería: la restauración o reposición de los yugos, la recuperación de la forma y elementos tradicionales de las salas, y el trabajo con las empresas instaladoras o fabricantes de mecanismos de toque para que las instalaciones mecánicas gestionadas por microprocesadores actúen del mismo modo que lo hace un campanero y sin impedir además el toque manual (9).
Como podemos imaginar, nos enfrentamos a una labor de recuperación muy compleja con una vertiente material (campanas, yugos, instalaciones) y otra inmaterial (el toque de campanas) íntimamente ligadas.
El primer paso que se debe realizar para poder llevar a cabo la restauración es la documentación de campanas, yugos e instalaciones. Pero por delante de éstos, resulta más apremiante la documentación en vídeo de los toques manuales tradicionales, pues los ejecutantes y receptores son cada vez menos.

La recuperación de la sonoridad tradicional, propia de un mundo antiguo ya desaparecido que era amante de la diferencia, es una labor complicada. Los campaneros tradicionales y los oficios artesanales vinculados a la fabricación de campanas y yugos prácticamente han desaparecido. Desde los años sesenta las empresas instaladoras sustituyeron los antiguos yugos de madera por otros seriados de hierro.

Cada empresa imponía la forma de toque que mejor le parecía. Algunas optaron por el volteo como única forma, otras se limitaron a colocar martillos eléctricos cuyas intervenciones resultaban más económicas. Esto supuso una destrucción patrimonial de proporciones asombrosas, llevándose por delante formas y tradiciones ancestrales.

Concretando este fenómeno en el área geográfica correspondiente al presente trabajo (Castilla- la Mancha principalmente), la implantación de mecanismos automáticos pasó como una apisonadora por lo mucho o poco que quedaba de la tradición local, convirtiendo el volteo (cuyo uso, no generalizado, era bastante restringido) en la única forma de toque y olvidando en muchos casos otras formas como el balanceo o el repique.

De hecho, actualmente, cuando surgen iniciativas para recuperar el toque de campana, se suele tomar como referencia lo más conocido y espectacular, el volteo, sin prestar atención a la tradición de la localidad, que seguramente contenía toques mucho más variados, ricos y expresivos.

Resulta lamentablemente elocuente la noticia de la sustitución del yugo de la campana grande de Alpera (Albacete) (10), intervención que tuvo lugar en un templo catalogado como BIC (11). En esta "reparación" se sustituyó un impresionante yugo "toledano" -Iustración 59- labrado primorosamente en una sola pieza en madera de carrasca en perfecto estado de conservación y con cerca de trescientos años, por otro de hierro.

En las noticias publicadas sobre esta intervención, se anunciaba que el cambio del yugo iba a permitir el volteo, forma de toque ajena a la localidad, pues hasta entonces las campanas solo balanceaban, como era normal en la gran mayoría de localidades "toledanas".

Esta noticia da prueba del nivel de olvido y desconocimiento de la tradición local al que se ha llegado en los territorios antiguamente "toledanos", donde el balanceo alto, por su armoniosidad y gravedad, era el específico de las fiestas. Éste, además, se combinaba con el repique de una o varias campanas, tomando como base rítmica el movimiento armonioso del balanceo.

La solución para garantizar la conservación de este patrimonio pasa por varias vías de actuación, vigentes desde hace años en algunos territorios como la Comunidad Valenciana.

Una de ellas es la aplicación de criterios propios de la restauración, así como la normalización de este tipo de intervenciones. Antes de empezar a trabajar, el primer paso de una restauración debe ser determinar qué es lo que se debe hacer y qué valores son los que se han de recuperar.

Las líneas de actuación deben estar fijadas en un informe de restauración previo, redactado por profesionales que conozcan este campo patrimonial. Por desgracia, todavía queda mucho que trabajar en este aspecto. A nivel general se entiende que antes de intervenir en un retablo o un tapiz es imprescindible un informe de restauración, pero no ocurre lo mismo con las campanas.

Gracias a la labor que desde los años noventa se ha llevado a cabo en la Comunidad Valenciana, la instalación de yugos de madera se ha extendido por todo el territorio nacional. El hecho de que la mayoría de las empresas de este sector sean valencianas y de que alguna de ellas solo instalen yugos de madera, ha favorecido la difusión de esta opción frente a los yugos de hierro; no obstante, a día de hoy se siguen instalando estos últimos, incluso en campanas históricas, lo cual hace peligrar seriamente su conservación.

Con frecuencia, la estrategia empleada en muchas intervenciones que se realizan sobre conjuntos que cuentan con yugos de madera es sustituir directamente el antiguo por otro nuevo y en el mejor de los casos "museaizar" el antiguo.

Esta estrategia es empleada con frecuencia en la mayoría de los bienes patrimoniales de carácter etnológico; sin embargo, siempre que el estado de conservación del yugo no lo desaconseje, la opción óptima pasaría por mantener "vivo" el yugo y restaurarlo aplicando los mismos criterios y técnicas que si se tratara de un bien mueble de madera como puede ser un retablo, insertando piezas de madera o resina sintéticas en las partes dañadas.

En el caso de que el yugo fuera irrecuperable, debería ser sustituido por otro nuevo que mantuviera el mismo diseño y perfil del antiguo. El nuevo yugo debería conservar los herrajes del anterior poniendo como límite la integridad y seguridad del bronce. La conservación de yugos toledanos va más allá de la conservación patrimonial, etnológica o estética, pues la mayoría están realizados en grandes piezas madera de olmo (en ocasiones de más de medio metro de altura), especie desgraciadamente extinta por la grafiosis.

Por desgracia la cadena entre los antiguos artesanos (carpinteros y herreros) y los actuales constructores de yugos se ha roto. Esta ruptura supone la pérdida de todos los conocimientos prácticos acumulados a lo largo de los siglos.

Varias generaciones median entre los últimos constructores artesanos y los actuales instaladores, que desde la ingeniería tratan de solucionar desde cero problemas que se habían resuelto satisfactoriamente con técnicas tradicionales. Un hito en la recuperación de los yugos tradicionales (valencianos) fue la restauración de los conjuntos de Cheste y Vilafamés, cuya intervención fue precedida de un interesante estudio sobre las proporciones y características formales de los yugos valencianos (12).

Es en este punto donde radica uno de los principales problemas: por lo general, el diseño de los nuevos yugos de madera poco tiene que ver con la tipología local. En el caso "toledano", se suele recurrir a perfiles que se parecen a los originales pero suprimiendo los ejes acodados, haciendo los brazos rectos por la parte inferior o aumentando el contrapeso para que el motor pueda voltear la campana con mayor facilidad.

En otros casos directamente se recurre a tipologías ya conocidas, como la valenciana, cuya operatividad es ampliamente satisfactoria. Estas restauraciones no pueden ser consideradas como tales, puesto que no están recuperando las características propias del yugo que sustituyen (Ilustraciones 73-75).

El Yugo “Toledano” en la provincia eclesiástica de Toledo (y III)

Ilustración 73: El "Campanón" de Tarazona de la Mancha (Albacete) con su yugo antiguo. Fuente: http://campaners.com

El Yugo “Toledano” en la provincia eclesiástica de Toledo (y III)

Ilustración 74: El "Campanón" de Tarazona de la Mancha. En 2012 se sustituyó su primitivo yugo por uno de tipo valenciano que permite voltear el bronce. Foto: Francisco GÓMEZ JIMÉNEZ / Fuente: http://campaners.com

En estos últimos años se han realizado intervenciones bastante más afortunadas que las anteriores, las cuales han planteado la recuperación de yugos de tipología, basándose en el diseño de los yugos antiguos o tomando como referencia otros conservados en pueblos del entorno.

Sirvan de ejemplo las restauraciones que se levaron a cabo en Orgaz (Toledo) en 2009 -Ilustración 76- o en Valdesaz (Guadalajara) en 2013 -Ilustración 77-, en las que se planteó la recuperación de la tipología original tomando como referencia yugos de localidades vecinas. Por desgracia estos dos ejemplos, y algunos pocos más, son iniciativas aisladas y minoritarias.

El Yugo “Toledano” en la provincia eclesiástica de Toledo (y III)

Ilustración 75: Campanario de Berninches (Guadalajara). A la izquierda campana original, romana con yugo toledano. En torno a 2009 se fundió la campana de la derecha, que fue dotada de un yugo que se asemeja al valenciano.

El Yugo “Toledano” en la provincia eclesiástica de Toledo (y III)

Ilustración 76: Una de las nuevas campanas de Orgaz con su nuevo yugo inspirado en el perfil tradicional toledano. Fuente: https://www.ayto-orgaz.es

El Yugo “Toledano” en la provincia eclesiástica de Toledo (y III)

Ilustración 77: Campana "Grande", Valdesaz (Guadalajara). En la restauración llevada a cabo entre 2012 y 2013 se repusieron los yugos de madera siguiendo el diseño tradicional.

Las empresas instaladoras son en ocasiones reticentes a construir yugos de tipo toledano porque podrían presentar una serie de inconvenientes que pueden generar problemas de conservación. Uno de ellos, ya lo hemos comentado, la posibilidad de que la madera se hienda cuando los brazos están muy recortados y no hay continuidad en la fibra.

problema son los ejes acodados, que requieren un mantenimiento constante para evitar que se desequilibre la campana, y además, pueden llegar a causar la rotura de los badajos cuando se abusa del volteo. Sin embargo, estos argumentos no son escusa para no seguir realizando esta tipología, puesto que parten de la premisa de que todo yugo debe tener una configuración y disposición apta para volteo, obviando que esta forma de toque no se daba necesariamente en todas partes y, cuando se daba, se limitaba a ocasiones puntuales.

La mejor manera de normalizar y proteger este patrimonio debe implicar también a las instituciones. En este aspecto la Comunidad Valenciana ha sido modélica: promoviendo e incluso financiando el inventario de las campanas de la región.

Desde el año 1987 se han propuesto nuevos modelos de restauración basados en la recuperación sonora y de los toques y, en la medida de lo posible, la recuperación manual. Asimismo, se veló por garantizar que se cumplieran criterios de restauración en las intervenciones de campanas, recuperando los yugos de estilo valenciano. Esta Comunidad ha sido también pionera en la protección del patrimonio inmaterial.


En 2010 fue declarado Bien de Interés Cultural de carácter Inmaterial y Religioso la procesión del Corpus Christi de Valencia, incluyendo como uno de los actores secundarios a los campaneros de la Catedral (13). En 2013 un nuevo decreto declaró Bien de Interés Cultural Inmaterial los toques manuales de campanas de la Iglesia de la Asunción de Albaida, el campanar de la Vila de Castellón de la Plana, la Catedral de Segorbe y la Catedral de Valencia (14).
Los pasos seguidos en esta Comunidad son un ejemplo que debería ser imitado en el resto de autonomías. En el caso del área geográfica tratada en este artículo, todavía queda mucho por hacer en este aspecto. Es aún muy necesario seguir inventariando: a día de hoy son muy pocos los campanarios documentados.

Aparte de la vía institucional, existe otra vía de actuación, que es la de la divulgación, orientada a la puesta en valor de las campanas y sus toques, de forma que la comunidad vuelva a hacerlas suyas y a reconocerlas como parte de su cultura e identidad. Debe también incentivarse la recuperación manual de las campanas e integrarse como un hecho social y patrimonial más.

Los medios para la recuperación pasan también por fomentar las asociaciones culturales con estos fines. En 2013 se fundó la Asociación de de Campaneros de Castilla-la Mancha (15) cuyo objetivo es velar, potenciar y defender el patrimonio campanero de esta comunidad autónoma.

Existen también algunos grupos de personas reunidos con fines similares a nivel local, que han promovido la recuperación de conjuntos y la recuperación de toques, como es el caso antes citado de Orgaz (Toledo).

1 - En el caso toledano esta vía no ha sido estudiada, sin embargo son conocidas algunas normas dictadas en otras diócesis, como la de Valencia, que en un apéndice de las Constituciones Sinodales de 1631, da indicaciones sobre las torres campanario, las campanas e incluso sobre los yugos.

Sobre el yugo se dice que "ha de ser bien proporcionado, de manera que por demasiado grande y pesado, no tenga decantada la canpana, ni la haga bolver demasiadamente aprisa, quando se tañere a buelo, porque con la velocidad de las vueltas la lengua no asienta, sino que el golpe hiere muy de paso en la canpana y asi suena muy poco.

Tanpoco ha de ser el yugo tan pequeño y ligero, que aun con gran fuerza sea trabajoso, y dificultoso el bandearla y boltearla. [...] Los encaxes y asientos de los exes de las canpanas no esten corno en el ayre salidas de los maderos, o pilares, que tuvieren en medio las dichas canpanas, corno se ve en algunas partes; porque con su peso y continuo movimiento sera facil saltar, y caer la canpana, ronperse ella, y si fuere grande hundir alguno, o algunos de los suelos de la torre.

Por esto han de ser los dichos asientos y encaxes, encorportados, o cavados en los maderos, o pilares dichos." BENLLOCH POVEDA, Antonio (Ed.): "Advertencias para los edificios y fabricas de los Tenplos y para las diversas cosas que en ellos sirven al culto divino y otros ministerios".

Apéndice del Sínodo Diocesano del arzobispo ALIAGA, València (1631). Universidad Politécnica de Valencia, Facultad de Teología de San Vicente Ferrer. Valencia, 1995. Disponible en http://campaners.com/php/textos.php?text=1361 (consulta 01/08/ 2017).

2 - Existen referencias documentales de la catedral de Toledo datadas en el siglo XVI del pago al enejador Melchor de la Plaza por diversas reparaciones en los yugos de las campanas. En 1573 la Obra y Fábrica de la catedral de Toledo creó el oficio de "enejador", el cual mensualmente debía revisar las instalaciones y efectuar todas las reparaciones que fueran precisas para el correcto funcionamiento de las campanas.

Cobraba un sueldo anual de 24.000 maravedís. Cfr. ALONSO MORALES, Mercedes,Campanas de la catedral de Toledo. Campana gorda, Aranjuez, 2005, pp.129-130. Este oficio aparece también en estos mismos años en otras zonas de Castilla. Cfr. ALONSO PONGA, José Luis; SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio, La campana. Patrimonio sonoro y lenguaje tradicional, Madrid, 1997, p. 48.

4 - Aunque es un tema pendiente de estudio, todo apunta a que en Guadalajara existió un taller estable de campanas que abastecía a pueblos de la actual provincia. Todavía es conocido el emplazamiento de este antiguo "corral de campanas".

Hay datos fehacientes que demuestran la existencia de un taller más o menos estable regentado por los Corrales en el siglo XIX, pero su existencia posiblemente sea anterior. Según la tradición oral de Centenera, sus campanas, (del siglo XVIII) fueron fundidas en Guadalajara y dada su proximidad con la ciudad trasladadas en carros.

5 - SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio; ALONSO PONGA, José Luis: Las campanas de las Catedrales de Castilla y León. Valladolid, 2002, p. 110.

6 - En la zona de Soria, al igual que en buena parte de Castilla y León, los yugos son llamados "melenas".

9 - LLOP i BAYO, Francesc: "Un patrimonio para una comunidad: estrategia para la protección social del Patrimonio Inmaterial",Patrimonio Cultural de España, 0 (2009), pp. 133-144.

12 - BARRERA, Albert: "Jous de fusta per a campanes manuals i motoritzades. Problemàtica i solucions tècniques de les instal·lacions de Cheste i Vilafamés", Campaners,1993 (6). Disponible en http://campaners.com/php/textos.php?text=1478(consulta 17/08/ 2017).

13 - Decreto 92/2010, de 28 de mayo, del Consell, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial la Solemnidad del Corpus Christi en la ciudad de Valencia. Disponible en http://www.campaners.com/pdf/pdf154.pdf (consulta 18/08/2017).

14 - Decreto 111/2013, de 2 de agosto, del Consell, por el que se declara bien de interés cultural inmaterial los toques manuales de campanas en la Iglesia Parroquial de la Asunción de Ntra. Sra. de Albaida, en el campanar de la Vila de Castellón de la Plana, en la Santa Iglesia Catedral Basílica de Santa María de la Asunción de Segorbe y en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Valencia.

Disponible en http://www.campaners.com/php/textos.php?text=5942 (consulta 18/08/2017).

15 - http://campanerosclm.com/


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