El zinc en la alimentación del bebé

El zinc es importante en la alimentación de lactantes y niños porque tiene un gran papel en el crecimiento y las células del organismo, además de tener un gran papel en el sistema inmune. Como podemos ver, tiene un gran papel en el desarrollo del bebé.

Se puede notar cuando tienen una deficiencia por falta de apetito o disminución de su crecimiento. Además, se puede tener alteraciones en uñas, pelo, piel, materia fecal frecuente y blanda, temblores, alteraciones en carácter, irritabilidad, fotofobia, trastornos de olfato y gusto. Por tanto, podemos conocer la importancia que tiene el la alimentación del bebé.

El zinc en el bebé influye en su crecimiento, en cicatrización de heridas, en caída del cabello y en otras situaciones. Incluso, mejora la respuesta inmunitaria e interviene en la síntesis de proteínas y hormonas.

Se distribuye por todo el cuerpo, aunque especialmente en retina, genitales masculinos, cerebro, hígado, músculo, huesos, piel y cabellos, etc. Se elimina por medio de secreciones biliares, intestinales y pancreáticas.

El zinc se encuentra presente en pescados, carnes, cereales integrales, legumbres, mariscos y leche de vaca. Se requiere al menos de 2 a 10 mg diarios de zinc. Además, en los primeros meses el bebé recibe todos los nutrientes, incluido zinc, por medio de la lactancia materna.

No hay que olvidar la alimentación adecuada para el bebé en la que se incluyan alimentos como el zinc, teniendo en cuenta que su carencia es mala y que su utilización ofrece muchas ventajas. La carencia de zinc es rara, pero no hay que despistarse, el bebé también lo necesita.