Muchas personas toman suplementos de zinc para combatir los resfriados, y un nuevo estudio podría explicar cómo funciona el mineral que, al parecer, ayuda a luchar contra las infecciones al equilibrar la respuesta del sistema inmune.
Según creen los investigadores, los resultados ayudan a reducir una brecha importante que ha existido en la comprensión de cómo este metal relativamente simple nos ayuda a defendernos de las infecciones.
La deficiencia de zinc afecta a cerca de 2 mil millones de personas en todo el mundo, incluyendo un 40 por ciento de las personas en los Estados Unidos. Esto puede llegar a tener consecuencias graves en personas vulnerables.
La carne roja y las aves de corral son ricas en zinc. Otros alimentos que contienen zinc son los frijoles, las nueces, ciertos mariscos, los granos enteros, cereales fortificados y los productos lácteos.
El mineral esencial trabaja deteniendo la acción de una proteína conocida por jugar un papel importante en la respuesta inmune a la infección. Como resultado, evita que se genere una inflamación fuera de control.
Una deficiencia de zinc en el momento de una infección, particularmente la sepsia – una respuesta sistémica a la infección devastadora común entre los pacientes en una unidad de cuidados intensivos – podría ser perjudicial o incluso mortal.
El zinc es un elemento crítico que se debe obtener de la dieta, y por lo general, si se ven deficiencias del mismo, se suelen observar otras deficiencias nutricionales también.
La mayoría de los adultos deben recibir de 8 mg a 11 mg de zinc al día.