El nombre de Josef Mengele está tristemente unido a Auschwitz. Este médico nazi pasó a la historia como un sádico y cruel “matasanos” que buscaba erradicar a los inferiores y la perpetuación de la raza aria.
A costa de experimentos carentes de toda ética, durante años Mengele acabó con la vida de cientos de miles de personas.
Doctorado en Medicina por la Universidad de Frankfurt en 1938, durante la Segunda Guerra Mundial fue destinado a la reserva del cuerpo de médicos. Pero Mengele nunca quiso curar a los enfermos. Quería investigar. En 1942 fue herido en una pierna y declarado no apto para el combate por lo que se le destinó a Auschwitz, como oficial medico. Fue en este campo de exterminio donde se ganó el apodo “Ángel de la Muerte”, ya que él decidía la suerte de los prisioneros que llegaban en los trenes: morir en la cámara de gas, vivir para realizar trabajos forzados o servir de cobayas.
Nos centraremos a continuación en el tercer grupo, el de cobayas humanas.
Los gemelos resultaban interesantes para Mengele. Este interés radicaba en la influencia de Otmar von Verschuer y Ferdinand Sauerbruch del Instituto Kaiser Willheim de Genética y Eugenesia, donde conoció los conceptos de herencia y raza pura. Mengele, al igual que von Verschuer, desarrolló un interés por los gemelos a los cuales veía como ratas de laboratorio y una fuente información.
Auschwitz estaba lleno de “pacientes” judíos con los que experimentar.
Los gemelos tenían un alojamiento especial junto con otros sujetos con limitaciones físicas o deformaciones. Esta zona era conocida como el “zoológico”.
Los gemelos recibían, inicialmente, un trato diferente al resto de prisioneros: mantenían su cabello y recibían raciones extra de comida. Los llamados “niños de Mengele” (eran niños entre 8 y 18 años) no realizaban trabajos forzados con el objeto de preservar su salud hasta que les llegara el turno de experimentar con ellos.
En el laboratorio, se les desnudaba a los niños y se les obligaba a permanecer acostados uno al lado del otro para medir y estudiar su fisonomía para observar similitudes y diferencias entre ellos. Mengele buscaba conocer si el cuerpo humano podría ser manipulado de forma antinatural. Para ello utilizó toda su imaginación.
Infligió torturas “medicas” con el fin de conocer el “límite del ser humano”. La curiosidad de Mengele no tenía frontera: desde inyectar productos químicos en los ojos para cambiar el color del iris (causando infecciones y ceguera) hasta coser a dos hermanos gemelos para “crear” siameses, pasando por inyectar bacterias y virus en un gemelo y en otro para saber cómo lo sufrían el uno y el otro.
Estas atrocidades, provocaban, la mayoría de las veces, la muerte de uno de los gemelos. En cuanto uno moría el otro era asesinado. Se le inyectaba una solución de cloroformo directamente en el corazón.
La curiosidad de este médico iba más allá del plano físico. Buscaba conocer los límites de la psicología humana en situaciones extremas. Un ejemplo claro lo tenemos en un experimento que realizó con una pareja de hermanos gemelos.
Situó a un hermano en frente del otro. Ambos tenían un pulsador que provocaba descargas fortísimas al otro. Tenían dos opciones: si no apretaban el pulsador para infringir dolor al otro, ellos mismos recibirían descargas hasta la muerte. Al ver que los hermanos se negaban a infringirse dolor el uno al otro, Mengele los mató a los dos a la vez y los diseccionó al mismo tiempo (era uno de los requisitos, que los gemelos murieran simultáneamente para realizarles una autopsia conjunta y estudiar sus órganos).
Las prácticas de Mengele carecen de rigor científico. Nazi acérrimo estaba convencido de que lo que hacía era en beneficio de la raza aria, la pura, la válida.
Josef Mengele nunca fue juzgado. Con diferentes artimañas logró salir de Alemania y huyó a Latinoamérica en 1948 huyendo de los aliados, quienes le buscaban para juzgarle por crímenes contra la humanidad.
Josef Mengele murió en una playa de Brasil en 1979 de un ataque cardíaco. Sabemos (ya que su cadáver fue exhumado y analizado para constatar su identidad) que Mengele está muerto. Lo que nunca sabremos fue el número exacto de muertes que causó en Auschwitz.
VILLATORIA, Manuel. “Mengele. El sádico doctor nazi obsesionado con los experimentos humanos”. (en linea). (21-05-2015). (Fecha de consulta: 30-07-2015). Disponible en: http://www.abc.es/archivo/20130319/abci-mengele-historia-militar-201303151702.html