Erwin Rommel, el general de la Wehrmacht que llegó al norte de África y se asombró con la cantidad de alimento de la que disponían los oficiales, mientras que por la pobre logística, suministros y la superioridad marítima de los británicos, los soldados algunas veces recibían raciones deplorables.
Decidió disponer de la misma ración y agua que el soldado raso. Aquel general que se ganó tanto el respeto de sus mismos hombres como el del enemigo por luchar una guerra sin odio, la cual asumió profesionalmente y sin meterse en asuntos políticos.
El general que jamás le pidió a sus hombres algo que él mismo no pudiera hacer. La única figura del Tercer Reich que tiene un museo dedicado a su persona.
Falleció tras ser obligado a suicidarse por su supuesta participación en el complot del 20 de julio para asesinar a Hitler.
Fue enterrado con todos los honores y su familia quedó a salvo por aceptar el suicidio...