El próximo 4 de noviembre habrá elecciones midterm, de medio mandato, en Estados Unidos, para el Congreso y algunos Gobernadores. Será un punto de inflexión importante para tomar el pulso a la opinión ciudadana, que ya anticipa en los sondeos un vuelco favorable al Partido Republicano.
Pero más trascendente que estas elecciones incluso, que también lo son, es la carrera electoral hacia la Casa Blanca en 2016, que ya ha empezado, con los precandidatos tomando posiciones, recaudando dinero, ganándose apoyos, y efectuando intervenciones públicas.
Al día de hoy el gran fenómeno, y lo es desde hace meses, es la presencia de Mitt Romney en este panorama preelectoral, una suerte de revival, aclamado por el público para que se presente de nuevo, una corriente que crece cada día. Su imagen ha ganado en popularidad y carisma, sus opiniones sobre lo que pasaría estos años con Obama se han demostrado ciertas, y eso le ha ganado un fuerte respaldo ciudadano que se manifiesta en las encuestas, donde la intención de voto hacia él ha crecido y supera al mismísimo Barack Obama y otros posibles candidatos a la presidencia.
Romney viene negando que esté interesado en volver a presentarse, pero lo cierto es que en privado, y ya en público también, reconoce que “Veremos qué pasa”, dejando la puerta abierta a esa posible presentación. De momento, se ha mantenido activo y está muy presente en todas partes. Su imagen se ha fortalecido en la derrota y ahora es el más deseado. Ha demostrado que es un hombre íntegro, inteligente, que tiene el mejor currículum profesional, y es equilibrado en sus planteamientos y opiniones. Si hay Romney revival, o se limita a apoyar con su presencia al candidato elegido, lo sabremos el próximo año.
La terna de candidatos para las elecciones presidenciales de 2016 se va a dirimir entre unos cuantos nombres, todo a la expectativa de lo que haga Mitt Romney, que bien podría ser el candidato o uno de los apoyos firmes de quien sea nominado finalmente. Pero no es al único al que se espera. Las presiones para que Jeb Bush, el exGobernador de Florida, se presente también están aumentando en su círculo social y familiar.
El nivel de esas elecciones aumentaría de forma considerable si cualquiera de ellos decidiera presentarse y saliera nominado. Romney es una de las personas más honestas, preparadas y confiables de cuantos pueden optar a la presidencia. Su experiencia en 2012 le ha hecho aprender y mostrarse más cercano a los ciudadanos y sería un candidato formidable. La prensa reconoce que su experiencia y su poder mediático podrían convertirlo en el favorito si decide dar el paso y volver a presentarse.
Jeb Bush sería otro candidato ideal, un exGobernador muy popular, con prestigio, una buena gestión, de ideas moderadas y con un perfil presidenciable. Su único punto en contra es que no parece mostrar las ganas necesarias de querer ser presidente que se precisan para una carrera electoral, aunque esto puede cambiar si decide presentarse. Al día de hoy, Bush no está haciendo muchos preparativos en estados decisivos como New Hampshire, lo que es síntoma de que no ha tomado una decisión definitiva y…ya está tardando.
Si ninguno de ellos entra en liza, el gran beneficiado sería Chris Christie, el Gobernador de New Jersey, que ha salido perjudicado del escándalo del ‘Bridgegate’, del que trata de recuperarse, pero que sí tiene la pasión de querer alcanzar la Casa Blanca y es un político de raza, dispuesto a la lucha en cualquier momento, capaz de lo mejor pero también imprevisible y con algunas salidas de tono. Ha vuelto a tomar impulso tras unos meses de capa caída y ya sabemos cómo es Christie….se crece en la adversidad y es brillante en los debates cuerpo a cuerpo.
Paul Ryan, el que fuera candidato a vicepresidente con Romney, y congresista por Wisconsin, de nuevo se posiciona como uno de los posibles candidatos que sería bien recibido por parte de los distintos sectores del Partido Republicano, y es el segundo favorito en los sondeos electorales entre los votantes republicanos. Aún no ha decidido si entrará en la carrera, pero sus movimientos (recaudación de fondos, visitas electorales a estados claves en las primarias como Iowa), así lo indican. Aunque ya ha declarado que si se presenta Romney, él no lo haría y lo apoyaría. En el caso contrario, Mitt le prestaría una cobertura sensacional porque tienen muy buena sintonía.
Rand Paul, el senador por Kentucky, sí está haciendo los deberes para presentarse a la carrera electoral, y está apostando por atraer a los jóvenes, descontentos con Obama, y por construir un Partido Republicano que de cabida a opiniones variadas, evitar que se convierta en un partido regional que excluya a los votantes socialmente menos conservadores de las costas Este y Oeste. Un partido más integrador y nacional.
Rand no es estereotipo de político carismático, ni siquiera es muy sociable, pero sabe sacar partido de su personalidad y de la forma distinta de hacer las cosas que llevaría a Washington. Y él sí es otro de los que arde en deseos de ganar. Podría aportar el perfil de un conservador realista que defenderá Estados Unidos y nuestros intereses cuando sea necesario, pero con una visión de la política exterior que no termina de encajar con las necesidades del país.
Ted Cruz, el senador por Texas, tiene ganas de presentarse a Presidente y todo lo que hace está encaminado a labrarse un prestigio que le permita afrontar la carrera. Tiene un duro trabajo por delante porque es de esos políticos que despiertan filias y fobias, sin medias tintas. Lo veo más en una segunda o tercera línea de candidatos, sin opciones de ganar una elección nacional…a menos que los debates sean a cara de perro y haya algún tema que polarice la opinión pública y sea eje de la campaña.
Es el dominador de las bases conservadoras en este estado y su presentación chocaría con la de otro candidato tejano: Rick Perry.
Scott Walker, el Gobernador de Wisconsin, también juega abiertamente con la candidatura presidencial, si sale reelegido en noviembre, que saldrá, tendrá tiempo para preparar su carrera si los favoritos no se presentan o alguno queda tocado.
John Kasich, el Gobernador de Ohio, un estado clave en las elecciones presidenciales, es el favorito de algunos sectores y está a la expectativa también de lo que pase con los favoritos para dar el paso decisivo. Con muy buenas opciones de salir elegido y una sorpresa segura.
Rick Santorum, exsenador por Pennsylvania, podría repetir experiencia y presentarse a la carrera electoral, pero francamente parece más interesado en vender su último libro que cualquier otra cosa. Por ahora deja todas sus posibilidades a merced de los conservadores sociales, lo cual no es suficiente para ganar una elección nacional.
Rick Perry, el Gobernador de Texas, anhela entrar en la carrera presidencial de nuevo. Se supone que haciendo las cosas mejor de lo que las hizo la última vez. A su favor está que lidera uno de los estados que más crecen, es el Gobernador que más tiempo ha servido en la historia de Texas y está sabiendo construir un mensaje nacional fuerte y sólido. Si decide presentarse, los fondos correrán hacia él y Ted Cruz se quedará compuesto y…sin dinero. O casi.
Marco Rubio, el senador de Florida, sí se lo está tomando en serio y está haciendo todo lo que tiene que hacer para estar en la recta final. Podría ser uno de los candidatos más potentes a la presidencia o la vicepresidencia. Sus discursos son sólidos y consistentes, de lo mejor que se puede escuchar, demostrando que tiene madera de líder y de posible presidente.
Rubio es uno de los que más suena como posible compañero de ticket electoral y candidato a la vicepresidencia si no gana la nominación presidencial; un favoritismo que se disputaría con Brian Sandoval (que va a ser reelegido como Gobernador de Nevada), Kelly Ayotte, Rob Portman, Susana Martínez, Mike Pence, Carly Fiorina, y John Kasich, entre otros.
El doctor Ben Carson, un prestigioso neurocirujano, quiere postularse para la presidencia y prepara el terreno. Podría decidir entrar o no en la carrera, dependiendo de los resultados de las elecciones de noviembre y el pulso que le tome a los ciudadanos. Su discurso políticamente incorrecto despierta admiración en muchos sectores. Aunque no salga elegido, es de esas personas que es bueno que esté en la carrera porque presenta opiniones muy interesantes para debatir.
En lo que respecta al Partido Demócrata, el panorama está polarizado por la probable presentación de Hillary Clinton, que dados los apoyos dentro y fuera del partido, en la prensa y los medios de comunicación, y entre las grandes empresas, lobbys, etc, cuenta con ventaja si decide finalmente postularse, algo que no ha decidido aún (eso dice ella y nosotros hacemos como que nos lo creemos); y que sigue los pasos para hacerlo de forma escrupulosa: recaudación de fondos, campaña soterrada, entrevistas a los medios, giras nacionales, etc.
En esta ocasión pretende convencer al electorado con un nuevo papel de candidata cualificada, que basa sus propuestas en datos, estadísticas, etc. Algunos habrá que se tragarán el paquete completo. Previsible como una tormenta de nieve en las Rocosas y aburrida como una película europea, será complicada para ella alejarse de la gestión de la Administración Obama, de la que formó parte, y deberá competir en un escenario nuevo que definitivamente no es la década de los 90 de Bill Clinton. No aporta nada que los estadounidenses no hayamos probado ya o no conozcamos sus desastrosos resultados. Muchos intereses para auparla están detrás, pero despierta odios encontrados en muchos sectores sociales. Puede ganar la elección demócrata…pero la presidencia es harina de otro costal, no lo tendrá nada fácil.
El Gobernador de Maryland, Martin O’Malley, sigue la misma hoja de ruta, con especial énfasis a las visitas a New Hampshire. Un hombre enérgico y una actitud positiva para hacer las cosas bien, que además tiene un sólido historial de logros. Es la clase de líder que apuesta por resolver problemas y lograr resultados, al margen de las políticas trilladas de Hillary Clinton o Joe Biden. Un candidato a tener en cuenta que aporta una regeneración necesaria entre los Demócratas.
El Senador de Vermont Bernie Sanders también podría entrar en liza. El típico político que está contra los intereses de los poderosos: compañías energéticas, farmacéuticas, Wall Street, la industria militar…La nota pintoresca para la campaña.
Joe Biden lo tiene al alcance de la mano y se muere de ganas de entrar en la carrera, lo que puede depararnos momentos divertidos y espontáneos, en línea con su tónica habitual, en contraste con la aburrida y previsible Hillary, que parece que no se sale del telepromter y las cuatro obviedades trilladas de siempre. Joe se crece y no hay que descartarlo.
El Gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, también valora sus posibilidades de entrar en la carrera electoral por parte demócrata. Algunos de sus movimientos, como sus viajes a Israel o la visita sorpresa a Afganistán para recibir una sesión informativa por parte de oficiales del Pentágono y visitar a los soldados neoyorkinos desplegados, indican un posicionamiento de cara a la candidatura presidencial. Si da el paso, dará mucho juego.
La Senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren, también deshoja la margarita de su candidatura, posicionándose como alguien de fuera de la casta política y representante del ala más a la izquierda del Partido Demócrata y defensora de las bases del partido.
Jim Webb for president podría ser una realidad, es una de las grandes bazas demócratas, le haría mucho daño a Hillary si decide presentarse porque sería un candidato sólido y confiable para los electores. El veterano de Vietnam, exsenador por Virginia y exsecretario de la Marina con Reagan está abriendo interesantes debates y es uno de los que no le duelen prendas a la hora de criticar a Hillary o a Obama. Es el candidato que podría poner la campaña al rojo vivo.
Estos son algunos de los que se proponen entrar en la carrera electoral a la presidencia 2016, para la que aún queda una larga e imprevisible contienda en la que puede suceder de todo. Pero antes, mucho antes, el 4 de noviembre, tendremos elecciones midterm, y las sorpresas que deparen podrían alterar todo e introducir nuevos elementos a tener en cuenta.