Los gobernadores se preocupan centralmente por afirmarse en sus distritos para ser referentes dentro del peronismo y también frente al gobierno de Macri.
El año electoral encuentra al PJ en una situación poco común. Camino a los comicios legislativos de octubre, las distintas representaciones del peronismo priorizan el juego local provincia por provincia. No se proyectan grandes alianzas nacionales y los protagonistas, de cara a una posible unificación en 2018 y el juego de poder interno que se desatará luego, surgirán de los resultados de cada distrito. El diputado Sergio Massa y el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, juegan como referentes con mayor proyección nacional, pero están lejos de ser reconocidos como líderes por los otros gobernadores y jefes locales del justicialismo: los liderazgos serán plebiscitados, para la interna y también frente al gobierno de Mauricio Macri.
"La elección no es de presidente. Cada provincia va a tener que armar su propia estrategia y su propia alianza para lograr algo competitivo. El juego va a ser local, provincial, porque las realidades del peronismo en cada provincia son muy diversas y cada distrito tiene sus particularidades. La posibilidad de una gran alianza nacional no existe", dijo a Río Negro, Raúl "Cabezón" Pérez, diputado nacional y armador político del massismo.
A diferencia de lo que sucedió durante la última década de gobierno kirchnerista, cada jefe provincial buscará imponer sus listas de diputados y senadores sin ninguna directriz nacional. Tres incógnitas que abrirá la campaña: si se consolida el polo de poder que vienen armando durante el último año los gobernadores provinciales (obligados, quizás, a ganar protagonismo tras la salida del gobierno K); si Sergio Massa demuestra que puede liderar o no, y cómo queda parado el FpV a nivel nacional tras las elecciones.
"Después de la elección de este año, quienes puedan demostrar resultados, en sus propias provincias, son los que van a tener la llave para el armado y para la decisión en la mesa principal del peronismo a partir del año que viene. Serán los actores principales de lo que se viene", opina Néstor Javier David, diputado del justicialismo salteño alineado con el gobernador Urtubey.
Aunque Massa y Urtubey tienen mayor proyección nacional, no son los únicos que quieren sentarse en la mesa grande del peronismo. Los gobernadores Domingo Peppo (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Schiaretti (Córdoba), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Mario Das Neves (Chubut) y Alberto Rodríguez Saa (San Luis), más aislado en su propio juego, son algunos de ellos, además de los más duros con el gobierno, como Carlos Verna (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) y Alicia Kirchner (Santa Cruz). Su peso en las decisiones del futuro del peronismo estará ligado a como les vaya en casa.
Aunque Pérez da por seguro que Massa encabezará la lista en la Provincia de Buenos Aires, diversas fuentes del Frente Renovador aseguran que el tigrense aún no definió y que decidirá recién a fines de marzo. Su desafío es afianzar su imagen nacional. El massismo renueva los diputados que obtuvo en el 2013, cuando derrotó al kirchnerismo en Buenos Aires, con más del 40% de los votos. Es probable que pierda legisladores, por lo que ya intenta hacer pie en otros distritos donde tuvo pobre desempeño, como la Ciudad de Buenos Aires: se habla incluso de "exportar" al diputado Felipe Solá como candidato. La alianza con el GEN de Margarita Stolbizer es un ensayo para ampliar su perfil electoral, sobre todo en Buenos Aires.
El peronismo kirchnerista la tiene más difícil. La ex presidente Cristina Fernández continúa especulando con una candidatura en Buenos Aires, como senadora o diputada. Eso condiciona por ahora las definiciones de otros sectores y dirigentes del PJ bonaerense, como Florencio Randazzo. En cambio, la influencia K en el resto del país decreció y en algunos casos directamente se esfumó. La mayoría de los jefes provinciales prefiere mirarse en e espejo de su territorio.
Aunque con diferencias en el volumen de las críticas, todos coinciden en que el eje de la campaña pasará por la situación económica y social. Y ese, en rigor, es el tema de mayor preocupación del oficialismo.